septiembre 23, 2008

El Metro

El día de hoy no hablaré de nada filosófico ni trascendental. Simplemente hablaré de uno de mis aspectos favoritos de la Ciudad de México. El Metro.


¿Cómo? ¿El Metro? Si, el Metro. ¿Y eso qué tiene de interesante o trascendental? Para mí mucho.

Verán, yo he viajado en metro desde que tengo memoria. Uno de mis recuerdos felices de la niñez es precisamente viajar en los vagones del metro rumbo a la Iglesia de mi mamá, contando las estaciones que faltaban y viendo los extraños dibujitos. Para mí era como una excursión, como viajar en tren...

Ya más grandecito me "forzaron" a viajar en metro solo por primera vez la tercera vez que quise ir a una convención de comics. "Mira, Damián, no siempre podremos llevarte a todos lados. Es mejor que aprendas a moverte solo, y entonces podrás ir a donde tú quieras."

Qué razón tenían. Una vez que le "perdí el miedo", la ciudad se me hizo chiquita. Puedes llegar practicamente a cualquier parte de ella por medio del Metro. (Si, ok, a algunas partes más fácilmente que a otras...) Y ya que le agarras la onda, es realmente fácil.

Y claro, la tranquilidad de ya no preocuparte demasiado de perderte. En casi cualquier lado encontrarás algún micro o combi que te lleven a algún metro. Y ya llegando ahí es fácil regresar a las estaciones que ya conoces (y de ahí a tu casa, o a donde quiera que vayas).

A mucha gente le da hasta miedo viajar en el Metro, pero la verdad sea dicha y basado en la experiencia de mucha gente que lo ha usado con regularidad en algún momento u otro, es super tranquilo. Fuera de los clásicos incidentes cuando el metro está a reventar (uno que otro carterista, y las desagradables manoseadas a las pobres damitas), es bastante agradable y seguro. Definitivamente uno de los pocos servicios públicos en la Ciudad que funcionan bien y eficientemente. Y es una interesante amalgama socio-cultural.

Encuentras de todo. Gente de todo tipo. Cualquier tipo de baratija por "diez pesos! diez pesos le vale!". Niños, ancianos, jóvenes estudiantes, maduros trabajadores, elegantes ejecutivos, apuradas amas de casa... ¡Hasta te encuentras exposiciones artísticas y/o culturales en algunas estaciones! Y todo eso por la simbólica cantidad de 2 pesos... Y aún recuerdo cuando el boleto te costaba un peso (¡el transporte público más barato del mundo!).

Uno de mis aspectos favoritos es cómo cada línea tiene su estilo. Es como si estuvieras en otra ciudad, en otra época... Cambia la arquitectura, los colores, el ambiente, la decoración... No se percibe igual una abarrotada estación de la línea Cuatro Caminos/Tasqueña que una modernista Buenavista/Ciudad Azteca, o que una claustrofobizante Rosario/Barranca del Muerto, o una estudiantil Indios Verdes/Universidad...

En algún momento escribiré una historia (o varias) que tenga como escenario el Metro. O quizá un videojuego... O un comic... O todas las anteriores. ¡Je! Definitivamente es un aspecto muy característico e identificable de mi ciudad.

De hecho me he movido tanto en el metro que para ubicar por qué parte de la ciudad se encuentra algo me parece más fácil pensar en estaciones que en avenidas importantes o cosas así. ¡Je!

Ah, cuántos recuerdos, anécdotas y experiencias vividas en el metro... Lugares recorridos, situaciones de prisa o de calma, equivocaciones del rumbo, estaciones quizá demasiado visitadas... Coquetear con hermosas compañeras de vagón que nunca más volveré a ver en mi vida. Bocetear completos extraños por el simple placer de dibujar rostros interesantes. Compras de impulso de discos pirata o libros demasiado baratos para dejarlos pasar. Besos, enojos, risas, filosofadas, siestas, planes... Aquel primer viaje que hiciera completamente sólo (en el cuál puedo decir orgullosamente que no me perdí). La vez que llegué demasiado tarde y me quedé atorado en metro Taxqueña a altas horas de la noche. Cuando serví de guía de turistas a una provinciana amiga, y no sólo se le quitó el miedo al Metro, sino que además se divirtió mucho y se volvió su fan. Cuando accidentalmente encontré las obras de una querida amiga pintora en una exposición en Pino Suárez...

Algunos links útiles e interesantes:


Algún día que tenga ganas de pasear y conocer, y pocas ideas acerca de qué hacer (y alguien dispuesto a acompañarme en la travesía) iré a perderme por el metro. Llendo de una estación a otra, sin ningún destino específico. Simplemente recorriendo la ciudad y conociendo las diferentes líneas... Quizá poder llegar a decir que soy de las pocas personas que han pisado cada una de las estaciones que hay... ¿Alguien gusta?

1 comentarios:

Yavhe Alexander dijo...

Saludos desde la noche eterna...

A mi me sucede lo mismo con el Metro de la Ciudad de Mexico. Ciudad en la que vivi por muchos años.

Para mí el metro es un area casi casi sobrenatural. Para empezar me encanta su oscuridad y muchas estaciones fueron mis refugios durante muchas horas.

Cuando necesitaba pensar solía subirme a cualquier ruta, sentarme en el asiente de atrás y observar a la gente.

Realmente me tope con cosas e historias maravillosas.

El ilustre anciano aun de gabarnida o la hermosa chica que aunque muy joven lucia una cara de tristeza.

No dudemos que las historias que en ese lugar se dan dia con dia son maravillosas.

Diablos! Como me hace falta un buen viaje en metro!!

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