julio 15, 2009

Dibujar bien...

Yo me considero un artista. Entre muchas otras cosas, me gusta mucho dibujar. Y no creo hacerlo tan mal.

Aunque, por supuesto, no lo hago tan bien como podría. Y no es falta de aptitud ni nada así. Es sencillamente que en los últimos años no he dedicado tanto tiempo como querría (o debería) a practicar, para mejorar mis habilidades artísticas (en ese ámbito). Y realmente no me conflictúa demasiado. Digamos que el dibujo no ha sido mi principal prioridad, aunque si una de mis actividades preferidas.

Eso si, desde mi más tierna infancia siempre dominó mi parte creativa. Nunca disfruté mucho de "copiar" imágenes. Ni siquiera me solía gustar dibujar personajes de caricaturas o cosas así. Casi siempre dibujaba mis propias creaciones. No es que los que copian (que así empiezan muchos) estén mal. Sencillamente eso nunca fue lo mío.

Como consecuencia palpable de esa situación, siempre me ha interesado mucho más desarrollar mi propio estilo personal. Si bien tengo algunas influencias notables (como ese aire "manga/anime" que tienen mis dibujos), creo poder jactarme de tener un estilo diferente y muy característico por sí mismo.

Y claro, uno de mis principales "políticas de la compañía" es la mejora constante. Siempre aprendiendo más, sean técnicas, trucos, atajos, características, procesos... Siempre mejorando e intentando hacer las cosas mejor, más rápido, más eficientemente... Estudiando anatomía, estética, dinamismo y todos esos elementos relacionados.

Práctica, práctica y más práctica. En mis buenos tiempos de escolar no faltaba día en que no trajera conmigo mi "cuaderno de batalla", cuadernillos de hojas blancas que acababan llenos indiscriminadamente de (literalmente) cientos de bocetos, diseños de personajes, estudios, prácticas y demás. Llegué a gastar esos cuadernos a razón de uno cada dos meses y medio.

De hecho algo que me divierte mucho hacer es tomar esos cuadernillos después de algunos años y redibujar algún personaje, escena o boceto particularmente interesante. Es muy provechoso estudiar qué tanto ha cambiado mi habilidad con el paso del tiempo, mejorando mis nociones en aspectos como la proporción, la expresividad de los personajes, los rasgos diferenciales y muchas otras cosas más. Y claro, cada vez dibujo mejores armaduras. ¡Jajaja!

En fin... Todo mi proceso me ha llevado a observar algunos hechos característicos, e incluso a formular una pequeña teoría personal: la mayor diferencia entre alguien que dibuja bien y alguien que no dibuja, es que el segundo en algún momento de su vida "decidió" que no servía para eso.

Es decir, los que dibujan bien no es porque tengan algún "secreto oculto". Cualquiera que hable con un buen dibujante lo constatará. El secreto no es tal. Como ya mencionaba más arriba, se trata sencillamente de práctica. Mucha mucha práctica. Literalmente años de práctica. Por lo general el hecho de que posean buenas habilidades técnicas o conocimientos específicos son consecuencias, no causas. En todo caso habrá a quien se le facilite hacerlo naturalmente, aunque potencialmente casi cualquiera pueda llegar a hacerlo bien.

¿Y los demás? Se quedaron en ese momento de cuando eran chicos, que alguien más (o, muchas veces, ellos mismos) les dijo "tú no dibujas bien". Y entonces desistieron. Como consecuencia, su habilidad de dibujo no cambió, se quedó "estancada" en esa etapa. (Y por eso la gran mayoría de las personas tiene las habilidades de dibujo "de un niño", bastante más literal de lo que uno podría pensar en primer lugar.)

Siempre que alguien comenta que quiere saber como "aprender a dibujar", mi respuesta es sencillamente "hazlo". Inténtalo. Dibuja. Practica.

Al principio apestarás. Es un hecho. No entenderás, no te gustarán los resultados, tus dibujos serán "malos". Pero se trata mucho más de una cuestión de disciplina. Es como levantar pesas (al principio no notarás los resultados, pero si eres constante y te esfuerzas...). Acostúmbrate a "dibujar por dibujar", y no te preocupes demasiado por cómo se ve. Eso mejorará poco a poco con la práctica, hasta que comiences a lograr lo que querías.

Y entonces vendrá la tortura de querer lograr ahora algo mucho mejor, más complicado, más interesante, más estético... Y habrá que volver a practicar más para lograr ese nuevo objetivo. Y así sucesivamente. Porque en el arte siempre se puede lograr algo mejor.

Que, dicho sea de paso, sería bastante conveniente no exagerar en eso. Más vale un dibujo "no tan perfecto" terminado que uno "perfecto" que nunca llegas a terminar. Además a esas alturas uno siempre será peor crítico para sí mismo que lo que los demás podrían serlo.

1 comentarios:

Necrolaico dijo...

Está bien chida esta entrada mi buen!!!

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