mayo 17, 2010

Cursilería

Es curioso. En una época tan "liberada", en que supuestamente lo "in" es la tolerancia, la libertad de expresión y el buscar la comprensión y respeto del prójimo (énfasis en el "supuestamente"), la gente se sigue sintiendo intimidada y agredida por las expresiones emocionales.

En la actualidad es muy difícil ser romántico sin que te tachen de cursi.

Pero, realmente, ¿qué es ser cursi? Solemos usar la palabra de forma despectiva. Es casi un insulto que alguien te diga que lo eres, y tratamos de evitar serlo como la peste. Por el otro lado, unas cuantas personas aceptan el calificativo con rebeldía, enorgulleciéndose más de "las implicaciones sociales" que de su verdadero sentido.

Eso sí. Casi nadie la usa según su definición oficial. En un diccionario leeríamos: "Que pretende ser elegante o refinado sin serlo, resultando ridículo." Énfasis en "pretende".

En ese sentido podemos fácilmente compararlo con el Barroco Tardío, o con el "Síndrome del Nuevo Rico". Alguien adopta ciertas características (arte, comportamientos, frases), copiándolas de alguien más que las ha estado usando "satisfactoriamente", pero no tiene el mismo contexto (educación, perspectiva, sentimiento) que ese alguien más. Por tanto, termina siendo algo artificial, exagerado, ridículo y vacío de contenido.

Y entonces podemos ver fácilmente cuál es realmente la relación. ¿O no?

Al menos en México, popularmente la gente usa el término indiscriminadamente para referirse a personas que son, a su parecer, excesivamente sensibles, cariñosas, románticas, detallistas y/o zalameras. Algo totalmente subjetivo, por supuesto.

Y hay cierta tolerancia cuando se trata de alguien en plena etapa de enamoramiento. La persona está enamorada, todo lo ve color rosa y todo es dulce como miel sobre hojuelas. "Está enamorado. Qué lindo." Ah, pero si ya tienes más tiempo con tu pareja y sigues siendo detallista, entonces si ya no se vale. Eres cursi, empalagoso y ridículo.

Lo más irónico es que precisamente la gente se queda en esa preconcepción. Precisamente por su caracter de paradigma, comenzamos a etiquetarlo y desestimarlo sin entender realmente por dónde va la cosa. Fuera de contexto.

¿A qué me refiero? Pues es sencillo. Ser romántico no es un sinónimo de ser cursi. ¿Recuerdan el énfasis que hice en el "pretende" de la definición de cursi? Esa es, básicamente, la importante y comunmente ignorada diferencia.

Una persona romántica hace o dice cosas porque le nace, porque lo siente y quiere expresar su sentimiento. No necesita probar nada, pero siente esa necesidad de gritarlo a los cuatro vientos.

Una persona cursi hace o dice lo que cree que debe decir, lo adecuado, lo "romántico", lo que ha visto o lo que otros le han "aconsejado". Pareciera que lo que más le importa es convencer a los demás (y, en el fondo, a sí mismo) de cuán auténtico, inmenso y apasionado es su sentimiento. Porque es lo que tiene que hacer, ¿o no?

Y así el romanticismo se vuelve una pose premeditada y artificial, y se convierte en algo cursi. Es decir, la acción de convertir lo sublime en artificial.

Pongamos un pequeño ejemplo. A ver si así se entiende más fácilmente la idea.

Regalarle a una chica una tarjeta comprada, y escribirle ese poema que todo mundo dice es muy romántico, eso es cursi. Darle una caja de chocolates y un ramo de rosas es cursi. Dedicarle la "canción romántica de moda" es cursi. En especial cuando lo haces porque es lo que debes hacer, lo que viste en una película, lo que se esperaría o lo que hacen todos.

Regalarle una carta escrita con tus manos, quizá con ese poema malísimo que le escribiste a ella en particular y que no entendería nadie más que ella, eso es romántico. Darle sus golosinas favoritas y una sóla de sus flores preferidas es romántico. Dedicarle una canción de su grupo/género/cantante favorito es romántico. En especial cuando lo que le das tiene un contexto particular y un significado más profundo (como por ejemplo ser algo significativo para los dos).

¿Conclusión? No le hagas favores a nadie. Haz lo que te nace, sin preocuparte mucho por lo que otros piensen. Pero, por el amor de Dios, al menos intenta ser auténtico, personal y original. Énfasis en el "intenta".
La Guarida del Lobo © 2008
Original Template by: SkinCorner