diciembre 29, 2009

Otro más a la cuenta de años

"...Y con esto abandonamos el cuarto de siglo."

No todos los días se cumplen 27 años. Y no todos los días se pasa un cumpleaños tan especial. Buena compañía, nuevos aires, interesantes posibilidades, muchos proyectos y un poco más de responsabilidad.

¿Saben? Es curioso. Nunca he sido de los que se preocupan de la edad. No tengo complejo de "ya estoy viejo" ni me molesta demasiado saber que cada vez me acerco más al "tercer piso". Digo, después de todo aún sigo prácticamente en el comienzo de mi vida.

Y es bastante relajante saber que no me arrepiento de nada. Hasta ahora he sabido llevar una buena vida, sana y bien organizada.

Quizá no he logrado todas y cada una de las cosas que me he propuesto, pero me siento satisfecho. Al final lo que importa son los resultados, no cómo llegas a ellos. Y yo sé que llevo buen camino para llegar a donde me propongo llegar. Poco a poco preparándome y encaminando mis pasos hacia donde más me conviene.

Fue un año extraño, excitante, lleno de dificultades y logros, de accidentes y satisfacciones, de cosas aprendidas y reafirmadas. Un año más maduro, más sabio y más experimentado. Un buen año.

"Gracias, y los espero el año que sigue. Pueden dejar sus regalos junto a la puerta."

diciembre 25, 2009

Joyeux Noël

Ya se los dije el año pasado. Me gusta la Navidad.

Sin comercialismos, sin cursilería, sin hipocresías. Me gustan las fiestas, y me gusta tener excusas para dar (y recibir) regalos, cariño de mis seres amados y buena vibra.

A todos los que me leen (aunque se pongan verdes y hagan berrinches): ¡Una muy Feliz Navidad!

diciembre 22, 2009

Sé Mejor Amante III (Para Mujeres)

Comienza aquí y continúa aquí.

A diferencia de las mujeres, los hombres son en general bastante fáciles de satisfacer, y suele ser bastante obvio qué y cómo hacerlo. No se requiere de demasiados conocimientos ni esfuerzo. Ahora, acá el punto importante es entender la diferencia entre satisfacer y complacer. Comer pan, queso y agua te satisface. Comer un delicioso banquete gourmet preparado por un gran chef acompañado de una copa de refrescante vino fino te complace. ¿Se entiende la metáfora?

La cosa es que la mayoría de los pertenecientes al género masculino se conforman con simple satisfacción... por un tiempo. Eventualmente la emoción inicial y la novedad se van terminando. Ya no hay más sorpresas divertidas ni placeres por descubrir. Y en ese momento se han aburrido de pan y queso, y comienzan a tener antojo de otras cosas. Y aquí pasan generalmente dos cosas: el hombre proactivo propone, pide y suscita (y ahí el problema es cuando la mujer no escucha, o no le da la importancia debida), o el hombre pasivo se queda callado y no dice ni hace nada (y en el mejor de los casos tenemos a un hombre frustrado e insatisfecho, y en el peor a un infiel cualquiera).

De hecho, esa es una de las razones por las que (a menos que de verdad estén muy interesados por la otra persona) tantos machitos prefieren no comprometerse más allá de una aventurilla pasajera o un one-night stand. Y no es que justifique a los que van de una cama a otra como si de cambiarse los calzones se tratara... Pero por ahí está parte del problema. ¿Quién quiere comer todos los días los mismos aburridos pan y queso? En si no es que sea aburrido hacerlo siempre con la misma mujer. Lo que es aburrido es hacerlo siempre igual con la misma mujer...

Y en el fondo no somos tan diferentes a las mujeres como podría parecer de primera vista. Nos gusta que nos hagan sentir especiales. Nos gusta que hagan cosas para complacernos específicamente a nosotros. Nos gusta que tengan un poco de iniciativa y creatividad. Nos gusta que nos sorprendan y que nos hagan descubrir cosas novedosas e interesantes. Y todo esto tiene que ver con los puntos que expuse al principio de estos ensayos.

Ahora, ¿en qué cosas somos diferentes? ¿Cuáles son las maneras en que nos gusta más que nos sorprendan y complazcan? ¿Qué tipo de consideraciones te conviene tener? ¿Te has detenido a pensar en qué cosas sentimos y reaccionamos diferente de lo que tu mentalidad femenina te hace sentir y pensar? ¿Qué cosas ya has pensado, pero no le has dado mayor importancia? A continuación enlisto algunos de los principios básicos más importantes. Tenlos muy en mente, para que te conviertas en toda una chef. Porque tú quieres darle una comida memorable que nunca pueda olvidar, ¿o no?

Déjalo ver

El hombre es sumamente visual. Nos excita ver. Y no subestimes este estímulo. De verdad es algo extremadamente importante para nosotros. A menos que sea por medio de un juego perversón o algo así, si no nos dejan ver es muy fácil que todo lo demás nos resulte insatisfactorio y "vacío". Por el contrario, si aprendes a aprovechar este hecho lograrás elevar nuestro deseo y placer al máximo.

Muéstrale cosas. Despierta su morbo mostrando cosas que por lo regular no enseñarías. (Por algo nos fascina tanto una mujer con minifalda corta o escote pronunciado.) En especial, resulta incitante poder ver cosas que nadie más puede ver. Algo que sea personal y sólo para nosotros. Descubre (o escucha) cuáles son los fetiches de tu pareja, y aprovéchalos, que son poderosas herramientas. ¿Tu chico es fan de los tacones altos? ¿Las medias con liguero? ¿Las tangas de hilo dental? ¿El encaje elegante y/o transparente? ¿Las falditas de colegiala? ¿El cabello suelto?

Una técnica infalible es aprovechar ángulos, lugares, momentos, y "sorprenderlo" con pequeños y excitantes "regalitos". Álzate la falda tan rápido que sólo él te vea; sube las escaleras frente a él para que tus ajustados jeans queden justo frente a sus ojos; muestrale como quien no quiere la cosa que la lencería que traes puesta es esa que tanto le gusta (y deja que él imagine el resto); abre discretamente las piernas cuando estás sentada frente a él; abre tu escote un poco, para que desde determinado ángulo pueda disfrutar de un rico espectáculo...

Las posibilidades son infinitas.

Y, por supuesto, aprende a hacer un buen streaptease. Suave y cadencioso, sólo para él. Ponte tu lencería más sexy, la mayor cantidad de ropa que puedas (aunque preferentemente que sea ropa sexy, cómoda y fácil de quitar) y prepara tu canción lenta favorita. (Acá no hay ninguna regla. Es posible bailar casi cualquier melodía tranquila y rica. Pop, chill-out, jazz, trip-hop, New Age, hasta un buen metal si te sientes muy aventurera.) Siéntalo en una silla, prende el estéreo y déjate llevar por la música. Muévete suave, haciendo círulos y curvas con tu cuerpo, sintiendo la música. Acaricia tu cuerpo, velo directo a los ojos (esto es importante), pero sobre todo no lo dejes parase de la silla. Tú lo puedes tocar a él, pero él no puede tocarte a ti. (Al menos no aún.) No hagas nada si te sientes forzada, porque esa tensión se reflejará en tu baile y resultará tenso y poco natural. Y si acaso te conflictúa demasiado eso del streaptease...

Fuera inhibiciones

Acá tenemos un problema heredado. Vivimos en una sociedad que culturalmente aún reprime la sexualidad de la mujer. Se les inculca desde pequeñas a ser "buenas, calladas, sumisas y dependientes". Y por más "liberada" e independiente que sea la mujer, en el fondo esta situación le sigue afectando de una forma u otra (directa o indirectamente). De hecho, precisamente el feminismo militante extremo en lugar de ayudar suele perjudicar demasiado (limitándote y llenándote de aún más juicios y estándares). Lo importante es que entiendas qué es lo que te funciona a ti, y no lo que hagas exactamente lo que otros te digan que hagas o no hagas. O exactamente lo contrario...

La clave es tener muy en cuenta otra más de las Reglas de Oro de la Sexualidad. En la cama, mientras los dos estén de acuerdo, todo se vale. Y me refiero casi literalmente a todo. Mientras no hagan algo que perjudique a terceros, y ninguno de los dos lo haga por obligación o compromiso, no hay algo que esté "mal". Olvídate de todo tipo de juicios, tabues y preconcepciones.

Haz lo que se te antoje, lo que se te ocurra, lo que se sienta rico. Olvídate por un par de horas lo que te han dicho otras personas (que a fin de cuentas cada quién habla según como le fue en la feria, no lo olvides). Olvídate de tus miedos, inseguridades, prejuicios, dudas. Por un ratito solamente. No te preocupes por lo que pueda pensar, ni por cómo te escuches, ni por cómo te veas. No te limites ni te censures a ti misma. No te pongas estándares ni pretendas controlar las cosas. Déjate llevar.

Hay algo extremadamente sexy en una mujer que se acepta tal como es, con sus defectos y desperfectos. Una mujer que sabe que su belleza y sus capacidades amatorias no dependen de algo tan subjetivo y relativo. Una mujer que no permite que su recelo lleve el control de su sexualidad. Mientras menos importancia le des a todo eso, más atractiva resultarás para nosotros.

Los hombres también encontramos muy sensual a una mujer en control de sí misma. Esta es la razón por la que está tan extendida esa fantasía de "hacerlo con una mujer mayor". Porque creanme que las arrugas no son.

En ese momento él no estará pensando en el qué dirán, ni en cómo se van a sentir tú y él después, ni estará ennumerando e inventarizando todos y cada uno de tus defectos. No. Él estará disfrutandote. ¿Qué tan difícil puede ser eso? Y de verdad resulta muy irónico. Cuando estés con él en la cama, la persona que más duramente te estará juzgando serás tú misma. No él. Así que olvídate de toda inhibición y disfruta.

Toma la iniciativa

No pidas permiso. No esperes que él te lo pida o te lo proponga. Si algo se te antoja, hazlo. Inténtalo. Sólo recuerda la regla #1 ("no es no"). Lo peor que puede pasar es que te diga que no. Y eso sencillamente quiere decir que eso en particular no le interesa o agrada; no te lo tomes demasiado personal, porque no significa que ya no quiera hacer más cosas contigo ni nada por el estilo.

Recuerda el punto anterior. Sin inhibiciones. No te limites. Usa tu creatividad e inventa cosas. Eso al final le resultará mucho más excitante a él, y además le estarás demostrando que a ti también te excita, interesa y divierte todo eso, y que no lo haces por obligación, compromiso y costumbre (y si acaso lo haces por eso, ¿para qué demonios te molestas perdiendo el tiempo leyendo toda esta sarta de tonterías?).

No esperes que él haga todo el trabajo. Muévete, seduce, pide, insiste, propón, expresa, regaña. Tu propio placer también es TU responsabilidad, y si le quitas parte de esa responsabilidad de encima él podrá disfrutar aún más de ti y de la situación.

Y si un día se te antoja de improviso tener sexo, ¡genial! No esperes más. El 99% del tiempo los hombres estaremos dispuestos. (Y si pones la suficiente atención, será fácil saber cuándo se encuentra en ese 1% restante.) Si decirselo directamente no es tu estilo, pues ¿qué esperas para poner en práctica esas técnicas de seducción? A prácticamente todos nos prende muchísimo que nuestra chica nos diga inesperadamente que llegó el momento de quitarse la ropa y comenzar a sudar.

Eso sí, es importante distinguir la diferencia entre iniciativa y control. La idea es comenzar la acción, para que ambos se puedan poner de acuerdo en humor y deseos. Y de ahí la cosa es tarea y responsabilidad de los dos. No se trata de que ahora todo se haga como tú quieres, y si no no te interesa. No confundas control sobre ti misma con querer controlar la situación (y, por añadidura, a él). Sí, se vale pedir, y hasta exigir en caso extremo. Pero tiene que seguir siendo una democracia, no una dictadura.

No mientas

Nos excita que te excite. Es placentero y sube mucho el ego. Pero es muy importante que sea sincero y espontáneo. No digas que algo te gusta si no te interesa ni da placer. No hagas algo sólo porque a él le gusta, si a ti en realidad te desagrada. Pero sobre todo no se te ocurra caer en la trampa de "fingir orgasmos" o similares. No nos estás haciendo ningún favor, creeme.

Al contrario. Puede que en ese momento sientas que le estás dando gusto a tu pareja (y después de todo no todos los días estarás del mejor humor como para ser esa gatita multiorgásmica que lo vuelve loco con sus gritos y gemidos), pero a la larga hace más daño que bien.

La comunicación se fractura, y poco a poco se rompe el vínculo que hay entre los dos (que es una de las principales claves para un buen sexo intenso, apasionado e inolvidable). El hombre en lugar de buscar que haya esa unión e intercambio, se desconecta y se preocupa más por hacer lo que él cree que sirve o lo que él quiere.

Es mucho más productivo que aprendas a guiarlo, a decirle qué y cómo te gusta. Que tampoco se trata de volverte una mandona en la cama, pero lo mejor es mantener una buena conexión en todo momento. Hazle saber que lo estás disfrutando desde el principio. Y que conste que hay muchas maneras de comunicarse, además de decir las cosas con palabras directamente. Si sabe que te ha hecho pasar un rato genial, se sentirá menos obligado a "hacerte llegar hasta el final". Y a fin de cuentas mientras menos presionado se sienta, él mismo la pasará mejor.

Enséñale a disfrutar el proceso, y ambos podrán encontrar placer durante toda la acción, y no sólo en (y para) los últimos 30 segundos (o menos). Vamos, que extender la acción debe ser algo divertido también para él, y no una tortura y una obligación.

Concluirá...

diciembre 21, 2009

El clima de hoy

Así está el clima en la Ciudad de México el día de hoy.
¡Y hasta hay neblina!

diciembre 18, 2009

La Cita de Hoy - Goethe

La cita de hoy es curiosa por su relevancia atemporal y por lo actual que resulta en estos tiempos tan ilógicos.

Quien no puede aprovecharse de tres mil años de historia, vivirá a oscuras el resto de su vida.
Johann Wolfgang von Goethe

Dicen que el ser humano es el único animal que cae dos veces con la misma piedra...

diciembre 16, 2009

Y otros mil centenarios más...

Hace 200 años nos "independizamos". Y gracias a unos cuantos poderosos hijos de Españoles que sufrían de desigualdad sólo por dónde nacieron, dejamos de ser subordinados de España. Y los apoyó el pueblo, cansado de ser arrastrado y maltratado a voluntad.

Y a la fecha seguimos siendo dependientes a cosas de otro tipo. Clamamos ser independientes, pero seguimos esperando que venga otro a solucionarnos la vida, y quejándonos de que otros no hacen que todo esté bien, me buscan trabajo, bienestar y salud.

Hace 100 años tuvimos una "revolución". Y gracias a unos cuantos poderosos con aspiraciones políticas, dejamos atrás las viejas formas y los gobiernos dictadoriales. Y los apoyó el pueblo, cansado de ser ignorado y explotado.

Y a la fecha seguimos atados a formas tan viejas que hasta parece que involucionamos. Clamamos ser revolucionarios, pero seguimos atrapados en paradigmas, etereotipos, tabús y costumbres, sin querer hacer el menor esfuerzo por cuestionar las cosas y pensar en soluciones.

¿Y saben qué es lo peor?

Que puede que pasen otros 100 años, y hasta que haya más levantamientos armados. Pero mientras no cambie una cosa, seguiremos igual. El problema no es España. El problema no es el Porfiriato. El problema ni siquiera son los gobernantes, políticos, corruptos, ignorantes y aprovechados.

El problema es el pueblo, que actúa cual borreguitos, únicamente actuando cuando alguien más hace algo para que las cosas mejoren.

Irónicamente parece que eso algo tiene que relacionarse con la violencia. A pesar de que ya se demostró dos veces que esa no es la solución.

Entonces, ¿la tercera es la vencida? ¿O aprendemos que lo más importante es ser independientes de mente y espíritu, y revolucionar nuestra vida de raíz, y no sólo de nombre?

Quieres que la cosa cambie. ¿Qué has hecho por cambiar tú?

diciembre 08, 2009

La Cita de Hoy - Valéry

La cita de hoy es simple. ¿De verdad piensas que la solución a todos los problemas es eliminar aquello que te incomoda o no te conviene?

Ninguna cosa impuesta por la violencia será duradera. La violencia lleva implícita en sí misma la debilidad.
Paul Valéry

Tú puedes saber dónde empieza la violencia. No sabes dónde termina.

diciembre 04, 2009

La Cita de Hoy - Nietzsche

Si necesitas una razón más para tomarte la vida con humor y aprender a reirte de ti mismo, lee la cita de hoy.

La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar.
Friedrich Nietzsche

Por ahí dicen que la risa es una manera de refrescar el alma, ¿y qué mejor manera de despejar la mente y ampliar las perspectivas que una buena briza espiritual?

diciembre 03, 2009

Sé Mejor Amante II (Para Hombres)

Viene de aquí.

Generalizando, los hombres son muy malos en la cama. No todos, y no siempre. Pero en promedio y siendo honestos, la mayoría deja mucho que desear.

El problema suele ser básicamente una cuestión de mala comunicación. Sus fuentes de información son escasas y poco confiables. Y aquellas personas que podrían ser las que mejor los podrían educar (parejas, amigas, familiares de confianza) rara vez logran superar la vergüenza, prejuicios, pereza o inseguridades. Culturalmente suelen preferir "no meterse en problemas" y dejar pasar las cosas. Después de todo no es algo demasiado importante, ¿o si?

¿Y qué sucede? Que nuestro hombre promedio se malacostumbra y deja de usar su sentido común. Se dejan llevar por las falacias que les muestran los medios. Se retroalimentan por otros hombres tan informados como ellos mismos (o mucho menos). Y se confían. Creen que si nadie se ha quejado es que lo deben estar haciendo bien. Genial incluso. Hasta hay los que se sienten los mejores amantes y aseguran no haber dejado ni una viva.

¿Y saben qué es lo más irónico? Como ya decía yo antes, una vez que uno entiende ciertos principios básicos, ser bueno en la cama es en realidad extremadamente fácil.

Ya en la ocasión anterior comenté los puntos más básicos e importantes. A continuación listaré unos cuantos principios más, en esta ocasión dirigidos directamente a los hombres. (Atención: El siguiente texto ha sido avalado por la Sociedad Protectora de Amantes Frustradas e Insatisfechas. De todos modos, las mujeres que me leen pueden sentirse libres de estudiar, interpretar, estar de acuerdo o en desacuerdo con lo que diga. Y sería bueno que se decidieran a decirme con toda confianza todas las cosas que consideren puedan faltar o sobrar del texto. Sólo piensen muy bien primero si en realidad no es algo que ya esté incluído en los puntos generales que estoy exponiendo - incluyendo los redactados la vez anterior.)

Segunda parte: Consejos para hombres

Su ritmo, su placer

Ya lo dije antes. No es bueno obsesionarse porque ella alcane el orgasmo. Tu trabajo no consiste exclusivamente en lograr que ella llegue a esos extasiantes y efímeros segundos de placer absoluto. Si, es bueno e importante. Pero ¿quieres ser "bueno" o "inolvidable"? La diferencia es muy sutil. Y te tengo noticias. La clave es en realidad decepcionantemente obvia. Concéntrate en SU placer.

Olvídate un poco del tuyo. Ese lo obtendrás más adelante de cualquier forma. Sé que cuando las cosas se vayan calentando será difícil no dejarte llevar por la pasión y tus sensaciones, y querer hacer cosas que tú deseas. Contrólate, hombre, que eso es lo que hace toda la diferencia. Concéntrate en ella, en lo que ella siente, lo que ella dice, lo que ella quiere. ¿Recuerdan lo que decía la vez anterior de aprender a leer sus señales?

Muestra cierta iniciativa; a nadie excita una persona que se mueve como tabla y lo hace todo fría y mecánicamente, como siguiendo un libro de instrucciones. Pero deja que sea ella la que lleve el ritmo de la situación. Muévete al ritmo de su respiración. Cuando te apriete, acércate, y cuando se aleje, afloja un poco tu abrazo. Tan fuerte, suave, intenso o rápido como ella lo "pida". Y, esto es importante, por tanto tiempo como ella quiera (ni menos, porque las dejas a medias, ni más, porque acaba por aburrirles y cansarles).

Podríamos decir que la clave está en el timing. Una de las principales quejas de parte de las mujeres es que la siguiente situación llega a ser demasiado común. Están a mitad de la faena, justo en lo más interesante. Derrepente, casi por accidente, se acomodan de tal forma que ella está que muere del placer. Casi sin querer comienza a gemir, gritar, vocalizar con emoción. ¿Y qué pasa entonces? El hombre, interpretándolo como una petición de "quiero más" acelera, entra más profundo, más fuerte, más lo que sea... Y ese placer supremo que ella estaba sintiendo se va por la borda. Si tan sólo te hubieras quedado ahí un par de minutos más...

La próxima vez que observes una reacción similar de parte de ella, ¡alégrate! Y esfuérzate todo lo posible por mantenerte constante. Mismo lugar, misma fuerza, mismo ritmo, misma posición, misma profundidad. Casi te lo puedo garantizar. Antes de que te dés cuenta, ella ya te estará pidiendo más. Y, ¿recuerdas que te dije que ya obrendrías más adelante todo el placer que quisieras?

Lecciones de anatomía

La mujer tiene tres principales puntos erógenos. (Puntos menos si ni siquiera sabes lo que significa ese término.) Estimúlalos con especial atención y la harás tocar el cielo con las manos. ¿Sabes cuáles son esos tres lugares? Si lograste contestar correctamente la pregunta, ¿qué demonios haces leyendo esto? Seguramente ya sabrás todos y cada uno de los trucos y principios básicos para llegar a ser un Dios en la cama. Pero si no contestaste sin dudarlo "esos puntos erógenos son la piel, el cerebro y el oído", pues entonces aún tienes mucho que aprender.

Si, de acuerdo. Hay ciertas partes de su cuerpo que será especialmente placentero que acaricies, beses, muerdas, razguñes... Sin embargo, hay que tener en mente dos cosas.

La primera (por si no era suficientemente claro) es que cada mujer es diferente. Lo que a una le encante, a otra puede que le duela. Lo que a una la caliente más rápido que el radiador de tu vieja carcacha, a otra puede que le dé cosquillas y/o la distraiga demasiado. Incluso hay algunas que se ponen en exceso nerviosas ante cierto tipo de estimulos (y sí, desafortunadamente sí existe eso de "es demasiado placer").

La segunda es que para la mujer la estimulación más efectiva es la que no está demasiado enfocada a ciertas partes y caricias específicas. Tienes miles de centímetros cuadrados de piel que explorar, estimular, disfrutar. Si le dedicas un mínimo de tiempo a cada uno, cuando llegues a esas partes sensibles ella estará derritiéndose en tus manos. Y nada mejor para subirle la líbido y ponerla "de humor" que despertarle la imaginación y jugar con su lado creativo. Sorpréndela, créale espectativas, inventa maneras de hacerla fantasear, distráela con preguntas que la hagan pensar... Y nada mejor que hablarle al oído y jugar por un rato a "busca cual es la manera más rápida de dejarla terriblemente sonrojada". Y tú también habla, jadea, vocaliza. A ella eso le calienta tanto como a ti.

No entraré a mucho detalle, pero está científicamente comprobado que la estimulación oral (y me refiero a hablarles, bola de desesperados calientes malpensados) incrementa considerablemente su fogosidad y disposición a "otras cosas". Hay una importante conexión entre la parte de su cerebro encargada de interpretar los sonidos y aquella encargada de mandar las señales del placer. Eso sí, eso es sólamente a nivel físico, y muchas ni siquiera están bien enteradas. A nivel emocional e intelectual, es mucho más importante tratar de cubrir tanto terreno como sea posible. (¿Recuerdas lo de la piel? También son extremadamete táctiles.)

Paciencia y autocontrol

Esto no debería sorprender a nadie. Digan lo que digan, un eyaculador precoz suele ser de los que recibe las calificaciones más bajas de toda la escala. (Y eso si no tienes mala suerte y te toca además ser víctima de cuchicheos, burlas, frustraciones y una muy muy muy mala publicidad.)

¿Y sabes cuál es la peor parte? Que generalmente la mayor frustración ni siquiera viene de que el fulano haya terminado demasiado pronto. El problema es que entonces la persona se da por bien servida y con la excusa de "perdón, eso nunca me había pasado" deja todo como quedó y no se preocupa en lo más mínimo por "compensar" a la pareja. Claro, como él ya quedó feliz y satisfecho... El egoísmo es la cuestión, pues.

Con calma, que hay prisa. Controla esas ansias y no te avientes como desesperado, cual muerto de hambre engullendo la comida como si fuera su última cena. A ellas les gusta un hombre en control de sí mismo, y no uno que no es capaz de esperar unos tontos minutos más. (Y no, la excusa de "es que tenemos prisa porque si no nos cachan" casi nunca es buena. Con excepción del eventual rapidín consensual, ¿qué demonios haces buscando las peores y más peligrosas situaciones, donde todo sea más difícil, apresurado y mediocre?)

Desnúdala con calma, que probablemente no te agradezca que le rasgues la ropa y le heches a perder ese sostén tan sexy que se puso para ti. No te abalances sobre su cuerpo, que primero puedes disfrutar de verlo, probarlo, desearlo. No comiences a amasar cual panadero, que unas cuantas caricias suaves y firmes te abrirán mucho más las puertas del paraíso. Con calma, y descubrirás una gran cantidad de estímulos, reacciones y placeres que de otra forma podrías haber pasado de largo por la prisa.

Y te tengo noticias. Si prolongas un poco la espera, al final resultará mucho más placentero, y no sólo para ella. Mientras más tiempo lo maquines y pospongas, más grande e intensa será la explosión final (si me permiten la mala metáfora demasiado explícita). Pero aguas, ¿eh? "Ni tanto que queme al santo..." No se trata de estarle dando y dando por horas, esperando que ella haga todo el trabajo y no se aburra, irrite o canse.

Incita y exalta

A la mujer le gusta un hombre moderadamente vanidoso. Le gusta que huela a una colonia agradable, que esté bien bañado, que se esmere en su arreglo personal, que use boxers en buen estado, que vista ropa sexy. Incluso (aunque habrá las que argumenten que "eso no es tan importante") en general serían mucho más felices si esa pancita chelera que presumes tanto no fuera tan pronunciada. Aquella frase de "el sexo comienza mucho antes de llegar a la cama" no sólo se refiere a arrancarle la ropa apenas cerrar la puerta del depa.

Ojo, que tampoco se trata de irse al otro extremo. Con sus contadas excepciones, a la mayoría de las mujeres más bien las desanima un hombre que sea exageradamente vanidoso o egocéntrico. Realmente no les gusta estar con alguien que ha pasado el doble de tiempo que ella arreglándose, o que se sabe mejor que nadie todas y cada una de las marcas de productos de higiene y acicalamiento personal. Y tampoco les parece sexy alguien que pasa toda la noche enumerando sus maravillosas cualidades e impresionantes logros. Especial atención a aquellos obsesionados con su pene. De buena fuente sé que un gran matapasiones es el que alguien esté en exceso preocupado, avergonzado u orgulloso por su amiguito.

Y ¡por el amor de Dios! La higiene personal NO ES OPCIONAL. Puede que para algunas sea sexy el aroma masculino, o que su chico sea activo y deportista. Pero hay una importante diferencia entre olores "naturales" y apestar como si el desodorante fuera tu peor enemigo. Y no, el que te hiedan los pies no es excusa para no querer quitarte los calcetines.

Hazla sentir especial. Que sepa que no te arreglas igual para estar con ella que los domingos de futbol, pants y pizzas con los cuates. Mientras más límpios y en buen estado estén tus calzones, más rápido querrá quitártelos. Si sabe que justo te rasuraste como ella tanto te pedía, lo más seguro es que no pueda despegar sus labios de tu rostro. Si descubre que tendista la cama tú solito, le darán más ganas de ayudarte a destenderla. Escúchala, y hazle caso. Ah, y mucho cuidado al hablar. También es importante ser educado y correcto. No he encontrado a una sola mujer que le parezca sexy un hombre que le habla a su chica con las mismas palabrotas con que le habla a su bola de amigotes. Sutileza, por favor, señores.

Y ya que hablamos de eso... Los halagos son vitales. No hay mujer a la que no le guste que le digan cosas agradables y personales. Mientras no mientas ni digas las cosas por compromiso (y creeme, ellas se darán cuenta si lo haces), el mencionarle lo sexy que se le ve ese peinado o lo interesante que se ve vistiendo esa falda la harán sentirse entre nubes. Mientras más la conozcas, mejor sabrás qué te conviene decir (hay a las que les encantan las palabras que derraman miel, mientras que otras se excitarán más por unas cuantas frases directas y atrevidas.) La clave no es halagar por halagar, sino pensar en algo que a ti te parezca especialmente atractivo, agradable o estimulante Y HACÉRSELO SABER.

Continúa aquí.
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