diciembre 31, 2008

La Cita de Hoy - Alghieri, Kennedy

El día de hoy tendremos tres citas importantes. No estaría mal tomarlas como propósitos de año nuevo...

El secreto para que las cosas se hagan es actuar.
Dante Alighieri


La felicidad no se encuentra al final del camino, sino a lo largo de él.
John F. Kennedy


En otras palabras, deja de quejarte y comienza a vivir. El Destino no te regalará nada que no merezcas.

diciembre 29, 2008

Las Estrellas...

Cantarse con la melodía del Himno Nacional Mexicano.

Las estrellas se visten de gala
y la luna se viste de encanto
al saber que hoy es día de tu cumpleaños.
¡Damiancito lo pases feliz!

(Esta canción es una pequeña tradición familiar cumpleañera.)

Pues no sé ustedes, pero a mí me divierte cumplir años.

diciembre 28, 2008

Tócame, Coda

Y la canción del día de hoy es:

Coda
Tócame




Déjame tocarte,
dibujar cada momento hasta el fin.
Siente intensamente
en tu desnudez.
Soy capaz de todo por ti
y no sé si te tengo;
eres frio y calor,
siempre igual, siempre igual.

Coro:
¡Otra vez
tócame el alma,
sólo tócame.
Otra vez,
como tú sabes hacerlo.
Sólo tócame...


Puedes seducirme,
hacer que caiga rendido a tus pies;
puedes ignorarme
y hacerme enloquecer.
Pero esta noche nada es igual,
es un matiz de ternura.
Guárdate por siempre así;
quedate por siempre así.

Coro

Pero esta noche nada es igual,
es un matiz de ternura.
Déjame morir así,
rozando la locura.

Coro x2

diciembre 24, 2008

Feliz Navidad

La Navidad parece ser de esas cosas que la gente o ama con locura u odia apasionadamente. Con pocos puntos intermedios (principalmente los de actitud apática, a los que les da igual).

En mi caso a mí me gusta mucho, pero no tanto por el llamado "Espíritu Navideño", sino por razones meramente personales y específicas.

Me gusta la época. Me gusta salir de la monotonía, hacer cosas diferentes, convivir con gente que hace mucho no veo, salir a fiestas y reuniones, la comida rica, los regalos, mi cumpleaños, los abrazos, el frío, el ponche, las posadas, las desveladas, el aguinaldo, las vacaciones (cada vez más escasas, por desgracia), el cambio de decoración. ¿Ya dije salir del aburrimiento y la monotonía de hacer, ver y actuar siempre todo de la misma manera?

Por supuesto, hay cosas que realmente ni me gustan ni me disgustan. Sencillamente lo veo como parte de la "decoración", aunque no me inspiran demasiado a las cursilerías que supuestamente debería pensar y sentir. Como Santa Claus (aunque yo siempre he sido fan de los Reyes Magos), los villancicos, los "buenos deseos" (o sea, si fui malo, amargado y pesimista todo el año, no importa si las últimas dos semanas ando animado y "buenosdeseoso")...

No es que sea un aferrado defensor de la Navidad y el "espíritu" y esas cosas... Pero realmente me dan risa todos esos "Grinches", que sólo buscan de qué quejarse. Hasta pareciera que es más "rebeldía" (en el más gastado y superficial sentido, al estilo RBD). Vamos, que la hipocresía tiene que ver con la gente, no con la Navidad. Es como quejarse de la industria pastelera porque la gente engorda mucho. -_-

Una maestra alguna vez me dijo: "Si algo o alguien realmente te fuera indiferente, ni te interesaría ni te molestaría." En otras palabras, si realmente no te importa, ¿para qué le das tanta importancia? Curioso como a veces la gente hasta le da más importancia, energía y tiempo a aquello que supuestamente no quiere o le desagrada...

Bien, pues ya no hay mucho más que decir. No odio la Navidad. Me gusta. Tampoco es mi super máximo ni me interesa mucho ser hipócrita, cursi y superficial sólo por la época. No me interesa el aspecto del comercialismo y el consumismo. Sencillamente me gusta la Navidad.

Mi sentimiento respecto al 14 de Febrero es muy similar, pero eso ya lo dejaré para cuando llegue esa época...

En fin... ¡Feliz Navidad a todos!

diciembre 18, 2008

La Cita de Hoy - Miyamoto

La cita de hoy va muy acorde a la entrada de ayer.

¿Los videojuegos son malos para ti? Lo mismo dijeron del Rock and Roll.
Shigeru Miyamoto

Hey! Y por si fuera poco, también aplica sorprendentemente bien con respecto a los juegos de rol.

diciembre 17, 2008

Chasing the Dragon

El mayor miedo que tengo en esta vida es a la frustración. A esa sensación de derrota por no haber hecho lo que podría hacer. A arrepentirme por haberme quedado en el camino. A saber que pude hacer más, estaba en mis manos, y dejé ir las oportunidades. Ese bastardo "si yo hubiera" que sólo carcome el alma y adormece los sentidos.

Y la solución es fácil. Haz lo que esté en tus manos, lo que puedas hacer. Lo demás ya no está en ti. Depende de la suerte, el destino, la causalidad, como le quieras llamar. Uno se arrepiente más de lo que no hizo que de lo que si. Al menos en mi caso así es. Y por tanto estoy más que decidido a perseguir ese esquivo y complicado sueño que he cultivado desde mi más tierna infancia. He decidido perseguir mi Dragón.

Mi sueño es poder ganarme la vida haciendo aquello que me gusta, me apasiona, para lo que tengo habilidad y que representa de la mejor forma mi esencia. Mi objetivo, por tanto, es buscar cuál es el mejor camino para acercarme cada día más a él.

¿Qué forma toma, pues, tal sueño? Bien, pues es sencillo. Quiero dedicarme a crear. Historias, imágenes, personajes, situaciones. Quiero compartir tales historias y creaciones con otros, que las aprecien, las disfruten, se diviertan con ellas. Y claro, poder dirigir a un grupo de gente interesada en las mismas cosas, hacia esos mismos objetivos primordiales. Por supuesto, el reconocimiento, la fama y la fortuna vienen después. ¡Jejeje! Pero esos son extras, no mi principal interés.

Bien, pues el camino que más me ha llamado la atención desde que los conocí son los Video Juegos.

Permítanme contarles una historia.

Erase una vez que en el Kinder, en donde estuve antes de entrar a la escuela Primaria, conocí a algunos amigos. Aquel que se volviera mi mejor amigo, resultó ser un vecino que vivía en la calle de atrás de mi casa (o quizá fue al revés, y la cercanía ayudó a la amistad). El caso es que el amigo en cuestión tenía un Nintendo. ¡Oh, si! Un placer conocerlos, videojuegos. Y precisamente uno de esos que jugué en esos días (sin demasiada habilidad y con un frustrante nivel de complejidad para mi edad, pero que me marcó de por vida y me dejó sencillamente fascinado) fue el juego de The Adventure of Link (Zelda II).

Pueden imaginar lo mucho que mi hermano y yo (pero más yo, si mal no recuerdo) fastidiamos a mis padres hasta que decidieron comprarnos nuestro propio Nintendo. Y yo fui feliz. Y ("casualmente") el segundo videojuego que nos compraron (el primero, si no cuentas el Mario Bros que venía con el NES) fue The Legend of Zelda. Y mi vida cambió.

Siempre creando "niveles" para los juegos que yo inventaba. Siempre creando historias para comics, cuentos, novelas... Y siempre interesado en aquellos juegos que fueran más que picar botones. Me interesaban las historias interesantes y profundas, los personajes bien desarrollados, las metas claras y justificadas, el valor del mismo juego como un todo (y no sólo por sus partes). Vamos, que casi podría decir que estaba adelantado a mi tiempo.


Años después, ya en la secundaria, un buen amigo me hizo la pregunta... "¿Y por qué no trabajas como diseñador de videojuegos?" Mmm... Buena pregunta. ¿Por qué no? Pues porque no es tan sencillo. Para empezar, ¿qué o dónde estudia uno para eso? En México no había en esa época ninguna escuela de diseño de juegos. Si, seguro, podría haber estudiado programación o algo así, pero mi interés no iba por ese lado. Como por esas épocas me enteré de una escuela de videojuegos (DigiPen) en Canadá. Mmm... Interesante... Quizá uno podría ir a estudiar al extranjero...

Durante la prepa, lo consideré por un tiempo. Incluso investigué un poco por internet. ¿Y adivinen qué? DigiPen no estaba aceptando estudiantes no Estadounidenses... Bien, pues hasta ahí mis intenciones. Desheché la idea de irme a estudiar. Debo reconocer que la verdadera razón era que estudiar en el extranjero resultaba demasiado atemorizante para mí en esa época. ¡Era sólo un niño, inocente e inexperto! Y sinceramente no investigué otras opciones diferentes.

Entonces me reencontré con la posibilidad de alcanzar mi sueño, de la forma más inesperada. Me uní a un proyecto de creación de un videojuego mexicano, como parte del departamento de Guionismo. Tal proyecto acabó por dispersarse, pero me quedé con buenas ideas, una nueva perspectiva de cómo se podrían lograr las cosas, algunas interesantes amistades y un resurgimiento de la pregunta "¿por qué no trabajar en ello?"

Y llegó la Universidad y me metí a Diseño Gráfico (no era Diseño de Videojuegos, pero también me apasionaba e interesaba). Y yo tenía mis propios problemas y cosas en qué pensar. Y siguió pasando el tiempo. Pero el dragón seguía ahí, escondido, casi olvidado, durmiendo pero vivo.

Lógicamente, sólo hizo falta un pequeño empujón para que ese viejo amigo retomara su ímpetu. En buena parte gracias a que conocí a mi mejor amiga, una persona con gustos e intereses muy similares y afines a los míos, pero suficientemente diferentes. Así fue como finalmente nació el concepto de Hypnos Studio, la que sería mi propia empresa de Diseño de Videojuegos, fundada aquí en México.

Poco a poco se fue definiendo la compañía, gracias a diferentes clases de mi carrera en las que (aprovechando diferentes proyectos escolares) se fue manejando la empresa de manera realista y práctica. También ayudó bastante una buena temporada trabajando en otro interesante (pero también abortado) proyecto con mi mentor y buen amigo Mario Alberto "El Profeta" Domínguez (a quien conociera en aquel otro proyecto de videojuegos algunos años antes)... Y ahora ya no era un sueño idílico y un "qué bonito sería", sino un "es difícil, pero si se podría".

Entonces comencé a enfrentarme con la idea de "¿cuál sería la mejor manera de lograr mi objetivo?" Fundar una compañía "de la nada" no es sencillo. Miles surgen, pero muy pocas sobreviven más allá de algunos meses. En mi experiencia personal, de acuerdo a lo aprendido en clases y la observación de lo que han hecho otras personas, la clave está en la planeación. No se deben dejar las cosas al azar. Considera tus necesidades, alcances y limitaciones, observa el contexto económico-socio-cultural en el que te encontrarás, anticipa los problemas a los que te enfrentarás, calcula tu inversión, piensa en la manera en que venderás (y promocionarás) tu producto (o servicio), sé práctico, sé realista, sé arriesgado, sé activo.

Bien, pues el que no sabe, no puede hacer mucho. Así que hay que aprender, y ganar más experiencia teórica, técnica y real. Y hay varias maneras de hacer esto. La primera es mediante la experiencia directa. Bueno, pues desafortunadamente no he tenido mucha suerte al respecto y no he logrado introducirme satisfactoriamente a la industria como trabajador (no ayuda mucho que esa industria en México aún se encuentra en pañales). La segunda opción es mediante los estudios. Ya sea de forma autodidácta o a través de cursos, escuelas, posgrados... Y claro, estudiando algo formalmente da más "status" que sencillamente aprenderlo por si mismo (con la ganancia extra de que generalmente quienes te enseñan lo hacen en base a sus experiencias reales, prácticas y aplicadas).

Por tanto el camino es claro. Meterme a estudiar Diseño de Videojuegos, para después lograr entrar a trabajar al medio y ganar más experiencia real y directa. Con el inconveniente de que aquí en México no hay escuelas para eso (o hay/había una, que dejaba mucho que desear), y pocas empresas dedicadas al medio. ¿Solución? Salir de México, para estudiar y trabajar en el extranjero. En otras palabras, "tóma lo bueno que tengan que ofrecer y deshecha lo que no te sirva o no se adapte a tus necesidades". Otro punto importante sería estudiar no otra carrera, sino una Maestría. (Menos tiempo "perdido", e incluso un poco más de status y valor curricular.)

Otro detalle. Mi intención es crear mi compañía en México. No tengo inconveniente en estudiar y eventualmente trabajar un poco en el extranjero, pero no me interesa quedarme a vivir allá. Llámenme inocente, idealista o como quieran, pero prefiero regresar a mi patria y hacer el intento de mejorarla un poquito más.

Por una u otra razón, hasta la fecha no he logrado irme. Pero no crean que he abandonado mi objetivo de salir a estudiar fuera. Al contrario. Cada vez me encuentro más cerca (y más convencido de que es la desición correcta para mí). Incluso les puedo adelantar que ya sé qué y en dónde pretendo irme a estudiar. Y, de formas más sutiles e indirectas, sigo preparándome para llegar a mi meta final.

La mala noticia es que es un hecho. Si todo sale bien, me les voy por dos años a EU a estudiar.

La buena noticia es que en dado caso me iré hasta el 2010 (así que todavía tienen más de año y medio para disfrutarme mientras se pueda).

Eso si. No sé si todo salga bien o no. No importa. Lo que me importa es haber hecho todo lo que estaba en mis manos. Sabiendo que lo intenté con toda mi mente, cuerpo y corazón, pase lo que pase no me arrepentiré de nada. Y así es como finalmente habré vencido mi Dragón.

noviembre 28, 2008

La Cita de Hoy - Einstein

El día de hoy tendremos en nuestra buena sección una pequeña colección de algunas citas más del buen Albertito.

"Existen dos cosas infinitas. El Universo y la Estupidez Humana. Y no estoy tan seguro respecto al universo..."

"Locura: hacer lo mismo una y otra vez y esperar que dé un resultado diferente."

"La vida es peligrosa, no por los hombres que hacen el mal. Sino por los que se sientan a ver lo que pasa."

"Un genio es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración."

"Hay dos maneras de vivir la Vida. Una es como si nada fuera un milagro. La otra es como si todo fuera un milagro."

"La diferencia entre la Genialidad y la Estupidez es que la genialidad tiene límites."

"Dios no juega a los dados con el Universo."

Albert Einstein

Einstein es la onda.

noviembre 25, 2008

La Cita de Hoy - Carrol, Einstein

Bienvenidos a su nueva sección en su confiable Blog, la Guarida del Lobo. Y la cita del día de hoy es:

Si no sabes a dónde vas, cualquier camino te llevará ahí.
Lewis Carroll

Y por ser nuestro primer día en esta sección, una cita más de pilón. Y una de mis favoritas.

Una hora pasada al lado de una linda chica te parecerá un minuto. Y un minuto sentado sobre una parrilla al rojo vivo te parecerá una hora. Eso es Relatividad.
Albert Einstein

noviembre 19, 2008

Había una vez...

Había una vez un pequeño príncipe, que soñaba con encontrar a su princesa y ser felices por siempre jamás.

Pero entonces ese pequeño príncipe fue creciendo, y se tuvo que enfrentar a la vida. Descubrió que la vida está llena de ironías, contradicciones y mentiras. Que lo que la gente dice y lo que la gente hace no es lo mismo. Que lo que queremos y lo que necesitamos suelen ser cosas muy diferentes. Y que la gran mayoría de las personas exigen aquello que no son capaces de ofrecer a cambio.

Llegó un momento en el cuál el príncipe se sintió inadecuado, poco valioso, poco merecedor de estar al mismo nivel que esas princesas que solía poner en un gran y frágil pedestal de cristal. Se veía a si mismo como un feo monstruo sin virtudes ni atractivo. Y precisamente admiraba a aquellos estúpidos sapos que por su simple atractivo se mostraban orgullosos, arrogantes, seguros, confiados... "Ojalá algún día yo logre comportarme como ellos. Ese debe ser su secreto."

Sin embargo, ese príncipe tuvo grandes maestros, que le enseñaron a pelear sus propias peleas, a buscar ser cada día mejor, a reconocer su propio valor, a pelear con cuanto gigante, minotauro y dragón se cruzara en su camino. Y el camino fue arduo, y le costó sangre. Y lo engañaron, hirieron, jugaron con él, lo ignoraron, lo rechazaron, lo subestimaron, lo etiquetaron. Y todo eso no sirvió mas que para aumentar su decisión, forjar su voluntad y aumentar su confianza.

Y sin darse cuenta se volvió un hombre. Un fiero, pero pacífico guerrero. Un sabio, capaz de aprender de su propia experiencia y de la de los demás. Un líder, más interesado en alcanzar sus objetivos que en ser el centro de atención. Y tomó algunas decisiones importantes. Como ser él mismo siempre, ante todo y a pesar de todo. Como no engañar a la gente, pero sobre todo nunca engañarse a si mismo. Como intentar siempre ser una mejor persona, en crecimiento constante, y nunca dejarse caer en la mediocridad.

Con el tiempo el príncipe conoció el amor, y su propia fuerza vital le permitió no llegar a tenerle miedo, a pesar de las heridas y las decepciones. Y a pesar de los engaños, desencantos, traiciones, egoísmos y equivocaciones, su fe absoluta en la existencia de su Princesa Encantada no se perdió. Flaqueó en varias ocasiones, pero siempre al final se mantenía firme y confió en su Destino. Había decidido nunca amargarse ni convertirse en uno más de aquellos brujos y encantadores que basaban su existencia en el engaño y el beneficio propio sobre el de los demás.

Y una, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra vez más creyó encontrar a su princesa, sólo para descubrir que se había equivocado. En algunas ocasiones simplemente no eran uno para el otro, en otras pudo más el miedo, el egoísmo, los prejuicios, la inmadurez y la mediocridad. Sin embargo, al final el príncipe supo salir adelante y sacar provecho de las situaciones.

Por desgracia, tal búsqueda le permitió descubrir mucho más de si mismo de lo que había pensado. Ahora sabía qué era. Qué necesitaba. Qué quería. Y se volvió selectivo. Muy selectivo. ¿Para qué buscar princesas en castillos que de antemano sabía no contenían aquello que buscaba?

Porque ahora sabía que no quería una caprichosa, inútil y consentida princesita. Quería una princesa independiente, fuerte, apasionada, pero romántica, femenina, vulnerable... Quería además una princesa que se encontrara en una búsqueda similar a la suya, esforzándose, creciendo y mejorando, preparándose para el día que encontraría a su príncipe. Una princesa que no se quedara cómodamente sentada en su torre, esperando el día que alguien llegara y mágicamente le resolviera la vida sin esfuerzo ni responsabilidad para ella. Alguien que no esperara que él únicamente le dijera lo que quería escuchar.

Y entonces el príncipe se dio cuenta de cuánto había cambiado. Ahora era un hombre muy diferente de la gran mayoría. Ecléctico, auténtico, original, diferente, loco. Caballeroso y descarado a la vez. Empático y temperamental. Sincero y reservado. Misterioso y sencillo. Sensual y espiritual. Impulsivo y racional. Paciente y directo. Romántico y realista. Y sin darse cuenta adquirió esa aura de seguridad, tan fácilmente confundida con arrogancia, egolatría o manipulación. Precisamente aquella apariencia que codiciara de pequeño, pero con un gran fundamento y justificación por debajo de la superficie.

Había entendido que se podía ser Noble sin ser Inocente, y que el verdadero Amor tenía que ver con querer lo mejor para la otra persona sin perderse a uno mismo ni ser Egoísta.

La sombra es el punto intermedio ente luz y oscuridad. No hay sombras sin luz, como tampoco existen en la oscuridad. Límite entre la cordura y la pasión, entre el cambio y la estabilidad. Yo soy el Príncipe de las Sombras. Permite que la noche nos cubra con su eterno manto, y la luna ilumine nuestros antiguos y devastados caminos. Ven a mí y encuentra la luz de mi oscuridad.

No era ya un Príncipe Azul. Se convirtió en un príncipe oscuro, sombrío, racional, observador, explosivo, poco convencional, clásico y moderno, lleno de valores, pero extremadamente liberal. Un príncipe diferente, extraño, intenso, entregado, pasional. Un Príncipe de las Sombras, contradictorio y coherente a la vez.

Esta historia aún se encuentra inconclusa, pero tal vez algún día haya otra parte, en la que el pequeño príncipe encuentre su tan esperado final feliz. O quizá sea más adecuado decir que encontrará un nuevo inicio para otra historia compartida.

noviembre 07, 2008

Locura

Todos estamos locos. La diferencia es que los que lo están más, quieren creer que no lo están.

Es curioso. Mucha gente (por no decir la mayoría) automática y sencillamente etiqueta de "loco" a aquel que no entiende, piensa radicalmente diferente de si mismo, y se atreve a demostrarlo a los demás. Mmm... Como si la locura fuera algo que fuera tan fácil de juzgar, como el color del cabello o la estatura... (E incluso en esos es posible engañar, con tintes y tacones...)

Vamos, que para realmente poder decir si alguien está clínicamente loco o no necesitaríamos un buen doctorado en Psicología. Y aún así sería difícil determinarlo. Pero ahora resulta que cualquier hijo de vecina puede simplemente voltear, ver a alguien que hace o dice cosas extrañas y decir sin pena ni gloria "está loco".

¿Qué es la locura?

Locos son aquellos que viven en su mundo, como los psicóticos, los neuróticos o los esquizofrénicos. Loco es aquel que es diferente de lo que es normal.
Veronika Decide Morir, Paulo Coelho

¿Qué es normal? ¿Quién decide qué es lo aceptable y qué no lo es? ¿La mayoría? ¿Los Medios? ¿El Gobierno? ¿La gente "popular"? ¿La Religión? ¿Los científicos? ¿Los filósofos? ¿Los psicólogos?

Ah, pues lo siento muchísimo, pero en ese caso prefiero ser total y absolutamente anormal. ¿O es que acaso para ser "normal" tengo que renunciar a mi individualidad, a mi autenticidad? Si lo "normal" es comer helado de chocolate, ¿yo me friego si prefiero el helado de fresa?

Y si, ya sé que la definición de locura dice otra cosa en el diccionario. ¿Y qué? (Ok, si a alguien le interesa, sería: I. Trastorno o perturbación patológicas de las facultades mentales; II. Acción imprudente, insensata o poco razonable que realiza una persona de forma irreflexiva o temeraria; III. Amor o cariño exagerado que se siente por alguien o entusiasmo muy grande que se tiene hacia algo.)

En fin... Para mí es mucho más interesante, divertida y auténtica una buena locura que esa insana obsesión por ser lo más mediocre, normal y aburrido posible. No, gracias.

octubre 10, 2008

La Educación Sexual Moderna

¿Les he dicho que la sexualidad humana es uno de los temas que más me apasionan? ¿Y les he comentado lo ridículas (y mal fundamentadas) que se me hacen algunas ideas de la Religión? Ah, pero apuesto que no les había dicho que estoy enfática y militantemente en contra de la abstinencia "social"... Al menos aprende de dónde viene el paradigma antes de aceptarlo ciegamente...

Eso si, Les Luthiers son la pura onda.



Y yo siempre he dicho... Si Dios no quisiera que disfrutáramos del sexo, no lo habría hecho tan agradable.

octubre 06, 2008

Esencia

Hace algunas semanas, una amiga me preguntó "¿Cuál es tu palabra favorita?"

Mmm... Complicao... Me gustan muchas palabras... Me gusta cómo suenan algunas palabras, como "patético", "requiem", "entropía", "existencialismo" e "interactividad". Lindas, muy lindas. Pero no es exactamente lo que tengo en mente... Mi palabra favorita no es cualquier cosa. Debe tener algo más significativo, más "importante"...

Bueno, pensándolo bien es fácil. Esencia.

¿Qué es lo que te define? ¿Qué es lo que te hace ser quien eres? ¿Qué te hace sentir vivo? ¿Cuál es tu naturaleza? ¿Qué aspectos de ti no cambiarán con el tiempo, las situaciones, las modas, los intereses que tengas...?

Las ideas cambian. Las situaciones cambian. Las sensaciones cambian. La esencia no.

Sencillo en verdad. ¿O no es así?

Como todo lo importante, lo fácil resulta difícil. O, bien podríamos decir, a la gente le gusta complicarse de más. Se pierden en justificaciones, consecuencias, detalles sin importancia o superficiales, traumas y conceptos que se salen de su área de comfort.

¿Cuál es la clave entonces? Diseccionar las cosas a un nivel atómico. Esto es, hasta que no sea posible dividirlo más. Pregúntate "¿por qué?" en lugar de "¿qué?". Busca causas, y no consecuencias. Encuentra las estructuras y los patrones, y no te quedes en las apariencias e impresiones. Sintetiza ese algo en sus elementos primordiales, "eliminando" de la ecuación toda variable innecesaria, considerando todas aquellas características sin las cuales ese algo dejaría de ser él mismo.

¿Cómo es que si suena tan fácil es tan difícil entenderlo o, peor aún, apreciarlo? Pues yo opino que es más cuestión de aprender qué se debe observar y qué no. Y mantener una mente abierta, sin dejarnos llevar por nuestros propios paradigmas y prejuicios.

Mmm... Dos términos muy importantes al hablar de Esencias.

Un Paradigma es una idea que ha sido cuasi-universalmente aceptada como cierta. Otras personas la han comprobado, y les funciona correctamente. Entonces, en muchos casos con la mejor intención, se pasa esa experiencia a otros, para que se beneficien de ese aprendizaje sin necesidad de tener que realizar todo el proceso una vez más desde el principio. Por tanto es una idea que no necesitamos experimentar o estudiar para tomarla como verdadera.

El mayor problema de un Paradigma es que no toma en cuenta algo sumamente importante. El Contexto. Si, para otras personas podría resultar cierto, funcional, característico... Pero eso no garantiza que para mí, en mi época, con mis necesidades específicas, mi manera de sentir y pensar, funcione de la misma manera. Y es por eso que no es conveniente aceptar ciegamente cuanto paradigma nos enseñen, sin cuestionarlo ni tratar de entender de dónde proviene. Hay que usar un poco de sentido común, pues.

Un Prejuicio es una etiqueta que, conciente o inconcientemente, asignamos a aquellas cosas con que nos enfrentamos. Es una manera de organizar y entender lo que percibimos de una manera mucho más rápida y práctica. Se podría considerar una generalización que hacemos con base a nuestra capacidad de observación inicial.

La desventaja de un Prejuicio es que ha sido una etiqueta mental colocada a priori, sin conocer el Contexto de la persona (o situación), sin haber entendido sus causas, necesidades, límites, ideologías, explicaciones, procesos... Por tanto, el prejuicio resulta más una proyección de mí mismo. Tiene más que ver con mi experiencia previa y mi manera de percibir y definir las cosas, y generalmente poco que ver con la realidad de la persona o situación.

Mmm... ¿Alguien notó el repetido uso del término Contexto?

Bueno, pues precisamente es un elemento fundamental en la ecuación. Es lo que determina de qué manera se verá proyectada esa esencia.

Lo que uno es resulta del efecto de su contexto específico a su esencia particular.

1 = contexto + esencia

Lindo, muy lindo. Y sencillo. Ahora, si la gente dejara de pensar en tonterías y aprendiera a poner más atención a ese par de conceptos... Es decir, la clave para empezar a entender las esencias es lograr una observación sintética, ojetiva y honesta. Sin trucos, sin espectativas, sin justificaciones.

¿Qué es aquello que hace ser tú? Aquello con lo que naciste, y que te acompañará hasta que mueras. Aquello que no depende de nada ni nadie más, y que es independiente de tu ambiente y situación, si bien es lo que provoca que tus reacciones hacia ellos sean como son.

Uno no se conoce a si mismo lo suficiente hasta que no entiende cuál es su verdadera esencia.

¿Quién eres tú? Una de las más grandes y difíciles cuestiones. O, en otras palabras, ¿cuál es tu esencia?

octubre 01, 2008

Take On Me, A-ha

Y la canción del día de hoy (ochenterísima, pero muy buen video) es:

A-ha
Take On Me




We're talking away
I don't know what
I'm to say I'll say it anyway
Today's another day to find you
Shying away
I'll be coming for your love, OK?

Take on me, take me on
I'll be gone
In a day or two

So needless to say
I'm odds and ends
But that's me stumbling away
Slowly learning that life is OK.
Say after me
It's no better to be safe than sorry

Take on me, take me on
I'll be gone
In a day or two

Oh the things that you say
Is it life or
Just a play my worries away
You're all the things I've got to
remember
You're shying away
I'll be coming for you anyway

Take on me, take me on
I'll be gone
In a day or two

septiembre 29, 2008

De Religión y Fé

Yo soy agnóstico. Es decir, creo en Dios, pero no creo en la Religión. En ninguna religión, realmente. Y no lo digo a la ligera. Tengo mis razones (como en todo), y bastante fundamentadas en mis observaciones, filosofías y valores.

¿Y cuál es la diferencia? Pues es fácil. Dios existe. Es la fuente universal de todos los propósitos, la fuerza espiritual que lo abarca todo. Infinito, perfecto, inabarcable, inentendible. La conciencia suprema, más allá de todo lo material, lo mundano, lo subjetivo. La Causa original, y de la cuál se desencadenan las demás consecuencias, aún aquellas invisibles para el ojo y el entendimiento humanos.

En teoría eso es lo que enseñan las religiones, ¿no es así? Pues si, en teoría. Mi problema es con todas las demás tonterías, limitantes y prejuicios de los que están saturadas las religiones. ¿Todas? No lo sé. Pero al menos todas las que he conocido y hasta donde he podido ver si. Algunas menos que otras, por supuesto.

El problema reside en que las religiones no son sino las creencias de otras personas, maximizadas y avaladas por aquellos en el poder. Pero tan falibles y subjetivas como aquellos que las establecieron. ¿Palabra de Dios? Palabra de los hombres, que interpretaron lo que creyeron entender de Dios (y en muchos de los casos modificado para beneficiar a unos cuantos en el poder).

¿Dios creó al hombre a su imagen y semejanza o viceversa? ¿Por qué nos obstinamos por darle un aspecto y manera de proceder "humanos" a aquel que lo representa todo, es infinito, absoluto, perfecto, omniciente, poseedor de La Verdad? Tal vez simplemente nos es más fácil identificarnos con algo más mundano, que entendemos, conocemos, apreciamos, medimos...

Pero en cierto momento esa limitante (muy humana, después de todo) es lo que ocasiona los peores problemas. Porque es fácil justificar cualquier atrocidad torciendo e interpretando "la Palabra de Dios" según se necesite o se quiera. Según lo que nosotros somos capaces de ver. Nunca faltará el hombre muy culto, pero muy necio, que encuentre la cita, proverbio o parábola adecuada para poder juzgar lo que digas o hagas para bien o para mal.

Ahora, puede parecer que simplemente me quejo de algo que no me gusta. Pero el chiste es que no me quejo por quejarme. Incluso podría decir que hablo con conocimiento de causa.

Verán, cuando era pequeño asistí muchos años a una iglesia protestante (cristiana, pues). Fui educado bajo la Fé en Cristo. Estudié la biblia, aprendí las enseñanzas de Jesús, cuestioné, interpreté, acepté. Y después de eso no es difícil decir que la gran mayoría de los que tan orgullosamente dicen creer en Jesús, sus palabras y su Religión, no tienen ni la menor idea de cuál era realmente su palabra. Sus lecciones de amor, humildad, compasión, entendimiento, comunicación, justicia, bondad...

Podemos empezar desde lo más sencillo. El pecado original. Toda la religión se basa en el hecho de que el hombre era pecador por naturaleza, debido a que Eva le dio una manzana (que por cierto en ninguna parte del libro se dice que sea específicamente una manzana) a Adán, y a fregarnos por los días de los días... Entonces vino Jesús. Y de nada sirvieron sus enseñanzas, su filosofía, su manera de pensar y de actuar. No, no. Todo lo que importa es que "se sacrificó por nosotros, por nuestro bien, para limpiar el pecado con su sangre". Si, lindo, muy lindo. Poético e inspirador.

Mmm... Sucede que no creo en el pecado original. Por desobedecer a Dios se condenó no sólo la persona que cometió la infracción, ¿sino además los descendientes de los descendientes de los descendientes de los descendientes de los descendientes de los descendientes de sus descendientes? Por favor...

Oh, y por si fuera poco el Dios de los Judíos, el del Génesis, el de Moises y David, no es de ninguna manera el mismo Dios que el de Jesús. Si, si. Jesús era un judío. Pero el Dios que desterró a Adán y Eva del Paraíso era un Dios iracundo, vengativo, intolerante, tirano. En cambio Jesús habla de un Dios que perdona, que ama, que entiende, que todo lo hace por una razón y es la base de todo. Mmm... Como que algo no encaja del todo...

¿Yo creo en Jesús? Sin duda. Creo que fue un gran hombre, un líder espiritual de impresionante influencia, un visionario, un Iluminado. Alguien que en todo momento se describió como "el hijo de Dios". Alguien que predicaba humildad, sabiduría, sentido común... Mmm... Y repentinamente le llaman Dios Hijo, y dicen que Dios decidió volverse hombre, sólo para ser ignorado, malinterpretado, sacrificado y humillado. Y todo para que no entendieran su mensaje (aún a 2000 años de su muerte). No, lo siento. Ese me parecería un Dios demasiado débil, demasiado poco influyente, alguien que no logró hacer lo que pretendía... No. Ese no es Dios. Ahí está la mano del hombre, imperfecta, falible, subjetiva, siempre interpretando las cosas a su voluntad y conveniencia.

Oh, si. Lo olvidaba. Uno de los Preceptos Máximos de Jesús era NO JUZGARÁS. Sólo Dios tiene la autoridad para juzgar. Después de todo es el único que tiene el contexto completo y el entendimiento necesario para hacerlo (a diferencia de los hombres, que generalmente sólo vemos lo que queremos o nos conviene ver). ¿Quién puede decidir qué es correcto y qué no? Curioso cómo aquellos que predican la palabra de Dios (que incluye una buena cantidad de veces la palabra humildad) son los primeros que se sienten lo suficientemente arrogantes como para asegurar que ellos si entienden y son capaces de decidir por Él.

En fin...

¿Qué es la Fé? Creer en algo. Aceptarlo sin cuestionarlo. Simplemente aceptar esa incapacidad que tiene uno de entenderlo todo en su totalidad, por simple lógica. No tenemos la perspectiva necesaria para hacerlo (no tenemos los conocimientos, el alcance ni el tiempo necesarios). Significa dejarse ir. Es como tirarse del bungee.

Por supuesto, uno no debe tirarse del bungee sin estar amarrado. Así como no se debe creer ciegamente en nada así como así.

A ver, espera... ¿No estás diciendo que tener Fé es aceptar algo sin cuestionarlo? Ah, por supuesto. La diferencia es que yo abogo por tener Fé en Dios. No en la Religión. Entendiéndose "la Religión" como lo que otras personas te digan, las interpretaciones que hagan, lo que hace cientos de años fue escrito por quién sabe quién, supuestamente "en el nombre de Dios".

Cuestiona lo que te dicen. Cuestiona por qué te lo dicen. Cuestiona si lo que dicen realmente te hará una mejor persona, o no. No aceptes todo ciegamente. Piensa que Dios es perfecto, y no se equivoca. ¿Entonces decir que alguna de sus creaciones está mal no es decir que Dios se equivocó? ¿Acaso juzgar a alguien no es decir que somos capaces de ver las cosas mejor que Dios? ¿Que Él debió preguntarnos antes para ver si nos parecía lo suficientemente bueno como para que lo creara? Curioso, ¿no? Y lo más interesante es que esa es una conducta aprendida. Cuestiona de qué manera la sabiduría de los siglos se puede adaptar y entender para tu contexto, y no como alguien más te diga qué debería ser. Lo que es, y no lo que dicen que es.

Y entonces, cuando llegues a ese punto en el cuál lo que digas o pienses no provenga de la interpretación de algún hombre... Cuando las palabras y la sabiduría sean universales y constantes, justas y parte del ciclo de la Vida... Cuando puedas ver la relación entre Física y Metafísica... Entonces habrás encontrado la verdadera Mano de Dios. Y en eso si es posible tener verdadera Fé.

septiembre 23, 2008

El Metro

El día de hoy no hablaré de nada filosófico ni trascendental. Simplemente hablaré de uno de mis aspectos favoritos de la Ciudad de México. El Metro.


¿Cómo? ¿El Metro? Si, el Metro. ¿Y eso qué tiene de interesante o trascendental? Para mí mucho.

Verán, yo he viajado en metro desde que tengo memoria. Uno de mis recuerdos felices de la niñez es precisamente viajar en los vagones del metro rumbo a la Iglesia de mi mamá, contando las estaciones que faltaban y viendo los extraños dibujitos. Para mí era como una excursión, como viajar en tren...

Ya más grandecito me "forzaron" a viajar en metro solo por primera vez la tercera vez que quise ir a una convención de comics. "Mira, Damián, no siempre podremos llevarte a todos lados. Es mejor que aprendas a moverte solo, y entonces podrás ir a donde tú quieras."

Qué razón tenían. Una vez que le "perdí el miedo", la ciudad se me hizo chiquita. Puedes llegar practicamente a cualquier parte de ella por medio del Metro. (Si, ok, a algunas partes más fácilmente que a otras...) Y ya que le agarras la onda, es realmente fácil.

Y claro, la tranquilidad de ya no preocuparte demasiado de perderte. En casi cualquier lado encontrarás algún micro o combi que te lleven a algún metro. Y ya llegando ahí es fácil regresar a las estaciones que ya conoces (y de ahí a tu casa, o a donde quiera que vayas).

A mucha gente le da hasta miedo viajar en el Metro, pero la verdad sea dicha y basado en la experiencia de mucha gente que lo ha usado con regularidad en algún momento u otro, es super tranquilo. Fuera de los clásicos incidentes cuando el metro está a reventar (uno que otro carterista, y las desagradables manoseadas a las pobres damitas), es bastante agradable y seguro. Definitivamente uno de los pocos servicios públicos en la Ciudad que funcionan bien y eficientemente. Y es una interesante amalgama socio-cultural.

Encuentras de todo. Gente de todo tipo. Cualquier tipo de baratija por "diez pesos! diez pesos le vale!". Niños, ancianos, jóvenes estudiantes, maduros trabajadores, elegantes ejecutivos, apuradas amas de casa... ¡Hasta te encuentras exposiciones artísticas y/o culturales en algunas estaciones! Y todo eso por la simbólica cantidad de 2 pesos... Y aún recuerdo cuando el boleto te costaba un peso (¡el transporte público más barato del mundo!).

Uno de mis aspectos favoritos es cómo cada línea tiene su estilo. Es como si estuvieras en otra ciudad, en otra época... Cambia la arquitectura, los colores, el ambiente, la decoración... No se percibe igual una abarrotada estación de la línea Cuatro Caminos/Tasqueña que una modernista Buenavista/Ciudad Azteca, o que una claustrofobizante Rosario/Barranca del Muerto, o una estudiantil Indios Verdes/Universidad...

En algún momento escribiré una historia (o varias) que tenga como escenario el Metro. O quizá un videojuego... O un comic... O todas las anteriores. ¡Je! Definitivamente es un aspecto muy característico e identificable de mi ciudad.

De hecho me he movido tanto en el metro que para ubicar por qué parte de la ciudad se encuentra algo me parece más fácil pensar en estaciones que en avenidas importantes o cosas así. ¡Je!

Ah, cuántos recuerdos, anécdotas y experiencias vividas en el metro... Lugares recorridos, situaciones de prisa o de calma, equivocaciones del rumbo, estaciones quizá demasiado visitadas... Coquetear con hermosas compañeras de vagón que nunca más volveré a ver en mi vida. Bocetear completos extraños por el simple placer de dibujar rostros interesantes. Compras de impulso de discos pirata o libros demasiado baratos para dejarlos pasar. Besos, enojos, risas, filosofadas, siestas, planes... Aquel primer viaje que hiciera completamente sólo (en el cuál puedo decir orgullosamente que no me perdí). La vez que llegué demasiado tarde y me quedé atorado en metro Taxqueña a altas horas de la noche. Cuando serví de guía de turistas a una provinciana amiga, y no sólo se le quitó el miedo al Metro, sino que además se divirtió mucho y se volvió su fan. Cuando accidentalmente encontré las obras de una querida amiga pintora en una exposición en Pino Suárez...

Algunos links útiles e interesantes:


Algún día que tenga ganas de pasear y conocer, y pocas ideas acerca de qué hacer (y alguien dispuesto a acompañarme en la travesía) iré a perderme por el metro. Llendo de una estación a otra, sin ningún destino específico. Simplemente recorriendo la ciudad y conociendo las diferentes líneas... Quizá poder llegar a decir que soy de las pocas personas que han pisado cada una de las estaciones que hay... ¿Alguien gusta?

septiembre 22, 2008

Totem Guardián

Mi pseudónimo más común y querido es sin duda el de Lobo Gris. Lo he usado por más de 15 años, y definitivamente no fue elegido al azar. La parte de "Gris" se debe principalmente a mi visión taoísta del mundo, gracias a la cuál he aprendido a entender que en la práctica (y no en la teoría) no existen los extremos absolutos, y todo es una gran gama de colores y tonos intermedios (y generalmente muy subjetivos). Pero de eso hablaré otro día.

¿Por qué "Lobo"? Me han hecho la pregunta miles de veces...

Bien, la respuesta corta es "porque el lobo es mi Totem Guardián".

.....

Ok, te dejé en las mismas, ya lo sé. Dije que era la respuesta corta, ¿no? Bien, pues aquí va la respuesta detallada.

Tu Totem es aquel animal que corresponde a tu orientación espiritual. Es decir, aquel con el que te identificas espiritualmente, en cuanto a personalidad, e incluso en un sentido físico. Aquel cuya naturaleza, costumbres, actitudes y características determinantes corresponden a las tuyas propias.


Por lo general es tu animal favorito, pero ¡ojo! El que te gusten mucho los conejitos de orejas largas no implica que tu totem sean los conejos. (Una buena amiga de la universidad era fanática de los gatitos, pero su personalidad era completamente opuesta a la de un felino.) Tampoco se puede escoger un totem a capricho, o basado en que sea un animal muy lindo o cool. De hecho pudiéramos decir que uno no escoge a su totem; el totem lo escoge a uno. Si, si, suena muy trillado. Pero aquel que descubre su totem se queda con esa sensación de que es algo que siempre ha estado ahí, en el rabillo del ojo, cercano e íntimo, aunque desconocido y nuevo hasta ese momento.

¿Cómo nueces descubro mi totem entonces? Lamento decirte que es como un orgasmo. Se puede explicar qué es, cómo se siente, cómo se obtiene... Pero hasta que no lo descubres por ti mismo, no lo entenderás del todo.

¿Cómo supe yo que los lobos eran mi totem? Es difícil decir en qué momento lo supe, pues en cierto sentido es algo que siempre ha sido parte de mí, y desde antes de entender el concepto del totem yo ya sabía que era un animal extremadamente importante para mí.

Ahí les va la historia completa.

Cuando era pequeñito, mis papás no tenían tanto trabajo como tienen ahora. Al tener mucho tiempo libre en las mañanas, se empezaron a dedicar a algo que era sumamente importante para ellos: sus hijitos. Se involucraron mucho en nuestro kinder y ese tipo de actividades. Empezaron a cooperar, ayudar, dar ideas y participar en eventos... Todas esas cosas, ya saben. Y pasó que para el día del maestro, algunas de las mamás decidieron dar un pequeño show a los maestros (y dicho sea de paso, a los chamacos). La obra era la de los 7 corderitos. Y les hacía falta un Lobo Feroz... Bueno, pues adivinen quién era el único hombre involucrado con ánimos de participar... Oh, si, yo era el orgulloso hijo del Lobo Feroz. Y luego se preguntaban por qué siempre que el Lobo Feroz perdía o le decían "villano" yo me enojaba... ("Pobre lobo. Él lo único que hacía era buscarse una buena comida. ¡También le da hambre! ¿O qué? ¿A poco a nosotros nos consideran villanos por comer vaquitas?")

Años más tarde yo seguía siendo un fanático de los lobos, viendo películas como Colmillo Blanco y Danza con Lobos.

El punto definitivo fue cuando me uní a los Boy Scouts (y al que empiece con las burlas tontas, desinformadas y simplonas de siempre le doy una patada; si vas a decir una broma de menos que sea una original). Por mi edad entré al grupo de los Lobatos, que básicamente basan gran parte de su organización en conceptos adaptados del Libro de las Tierras Vírgenes (la versión original de la que Disney basara su "Libro de la Selva", para los incultitos que no sabían). Bien, pues cualquiera que haya leído el libro de Rudyard Kipling sabrá perfectamente que es un texto en el cuál se explica y ensalsa las virtudes y características de los lobos (y he de decir que bastante apegado a la realidad para un libro de esa época), y que es fácil volverse un fanático de estas maravillosas criaturas... (Y otro clavo más al ataud. ¡Jejeje!)

Algunos años después, ya completamente conciente de que éste era mi animal favorito, fui aprendiendo acerca de los lobos "reales". Cómo son en la naturaleza, cómo se comportan, cuál es su carácter, cómo son sus relaciones, todo eso... Y claro, conforme más averiguaba, más adecuado me sonaba. Esa maravillosa sensación de "si, me suena muy muy conocido; me identifico completamente con eso".

Y entonces sucedió. Entendí que ese concepto del totem que veía y leía en historias y leyendas era más que una bonita ficción. Que toda esa charla de los guardianes naturales de las personas espirituales no era mera cháchara hippie.

¿Y qué pasó entonces? Pues que al estudiar a los lobos, pude llegar a conocerme mucho mejor a mí mismo. Entender mi naturaleza, mi personalidad, mis instintos y mi esencia. Esa fue la clave. No solamente era escoger un animal y adaptar una interpretación para poder decir que yo era un animal muy cool. Era el decir "entiende cómo es un lobo y entenderás cómo soy yo". ¿Y cómo es un lobo?

Bien, pues eso es fácil.

Es un alma solitaria, pero un jugador en equipo. Un animal pacífico, paciente, pero extremadamente fiero en determinadas situaciones (como cuando se encuentra cazando o cuando los suyos se encuentran en peligro). Un cazador muy observador, que no ataca a menos que sepa que tiene la presa asegurada. Uno de los pocos animales en la naturaleza verdaderamente fiel y monógamo. Leal, territorial, salvaje, carnívoro, astuto, adaptable, persistente, reactivo, entregado, perceptivo. Siempre viviendo en el presente, pero aprendiendo de sus errores y preparándose para lo que vendrá en el futuro cuando sea necesario.

Animal terrestre, de clima frío y agudos sentidos. Resistente y ágil, pero que sabe que la astucia y la paciencia pueden más que la fuerza bruta. Respetuoso de los débiles, pero implacable con sus enemigos. Valiente, pero no tonto. Un depredador natural, pero no uno que disfrute de pelear sin razón ni beneficio.

Si fuera un animal, ¿cuál sería yo? Más que obvio. Un lobo. ¿Y tú?

septiembre 17, 2008

Come as you are, Nirvana

Y la canción del día de hoy es:

Nirvana
Come as you are




Come
as you are
as you were
As I want you to be
as a friend
as a friend
as an old enemy
Take your time
Hurry up
The choice is yours
Don't be late
Take a rest
As a friend
As an old memoria

Come
Doused in mud
Soaked in bleach
As I want you to be
As a trend
A a friend
As an old memoria

And I swear
that I don't have a gun
No I don't have a gun
No I don't have a gun
Memoria...
And I swear
That I dont have a gun
No I dont have a gun
No I dont have a gun

septiembre 12, 2008

Bittersweet, Apocalyptica

Y la canción del día de hoy es:

Apocalyptica
Bittersweet




I'm giving up the ghost of love
In the shadows cast on devotion

She is the one that I adore
Creed of my silent suffocation

Break this bittersweet spell on me
Lost in the arms of destiny

Bittersweet
I won't give up
I'm possessed by her

I'm wearing a cross
She's turning to my god

Break this bittersweet spell on me
Lost in the arms of destiny
Break this bittersweet spell on me
Lost in the arms of destiny

Bittersweet
I want you
[I'm only wanting you]
And I need you
[I'm only needing you]

Break this bittersweet spell on me
Lost in the arms of destiny
Break this bittersweet spell on me
Lost in the arms of destiny

...Bittersweet

septiembre 10, 2008

De Destinos y Ciclos

Para empezar, voy a aclarar algo importante. Yo creo en el Destino. Y creo en el Libre Albedrío.

La cosa es que no veo el destino como una ruta lineal y predeterminada. Lo veo más similar a la forma de un árbol, con sus múltiples ramificaciones y su gran extensión. Cada desición, cada situación, no hacen más que crear nuevas ramas. Cada vez más intrincadas y diferentes, pero siempre partiendo de las mismas raíces.

Y claro, el mayor problema es que por lo general no entendemos (¿no queremos entender?) cómo funcionan las cosas. En realidad es muy sencillo. Causa y consecuencia. Todo sucede como una reacción a otra cosa anterior.

No, espera, dirá alguien. Hay veces en que las cosas suceden sin ninguna razón, que no las podemos entender, y aparentemente salen de la nada. Mentira. Todo tiene una razón. El problema es falta de visión. ¿O acaso pretendemos ser tan soberbios que creemos que lo que nuestros ojos y nuestro discernimiento abarcan es lo único que existe?

Precisamente, muchas veces el problema es que esa causa primaria está más allá de lo que entra en nuestro entendimiento. Y si no lo veo o no lo comprendo, no existe. Curioso, ¿no? La causa, la razón, ahí están. Fuera de nuestro rango visual. Más profundo de lo que generalmente llegamos a cavar. Pero existe.

Los ciclos se repiten una y otra vez. Inevitable e irrevocablemente, todo regresa al punto de partida, una y otra vez. El gran misterio es que los ciclos nunca son círculos perfectos. En lugar de eso, sería más indicado representarlos con espirales, que siguen cierta dirección determinada, pero que nunca pasan dos veces por el mismo lugar. Esto se debe únicamente a la consecuencia de todas las causas relacionadas. Y a la interacción con otros ciclos similares, paralelos y conexos.

¿Qué sucede entonces? Pues que la vida nos presenta las oportunidades, y somos nosotros los que decidimos qué hacer con ellas.

Es chistoso... A veces intentamos forzar las cosas, cuando su momento aún no ha llegado... Y otras veces las cosas se dan solas, sin que pidamos que lleguen... El Destino es caprichoso.

Es dificil saber cuándo estamos realmente listos para algo, pues se involucran demasiados factores internos y externos. Pero al final lo que realmente interesa es que cada quién es responsable de si mismo, y no de los demás. Que tampoco significa que debamos hacernos de la vista gorda cuando nuestras acciones lastiman a otros, por supuesto...

Un ciclo termina, otro empieza... A veces no volvemos a pasar por el mismo lugar, otras estamos destinados a reencontrar aquel sentimiento más adelante en nuestro camino.

Si está destinado a ser será. No en el momento que queremos o esperamos, claro. Las cosas nunca se dan cuando "creemos" estar o no estar listos. Se dan cuando estamos listos. Irónico, ¿no? Nada es al azar. No existe la casualidad.

Claro que no todos están dispuestos a enfrentar las implicaciones...

septiembre 09, 2008

La Triada Existencial

Bien, pues empecemos por una de mis filosofías básicas de vida. Yo la he llamado la Triada Existencial, aunque debo decir que no me atribuyo la creación de esta ideologia. Muchos sabios y filósofos ya lo han pensado, dicho y teorizado. ¿Y qué les puedo decir? El concepto es simple, pero poderoso.

El ser humano está compuesto por tres aspectos diferentes, inherentes a su existencia. Estos son Cuerpo, Mente y Espíritu. Cada uno representa una dimensión diferente. El verdadero bienestar y balance se logra cuando hay un equilibrio entre los tres aspectos.

El Cuerpo representa todas nuestras necesidades físicas, instintos, todo aquello que proviene de los sentidos. Lo que consideramos atractivo y placentero.

La Mente representa nuestra memoria, mecánicas de pensamiento, razonamientos, ideas. Lo que opinamos y valoramos.

El Espíritu representa emociones, sentimientos, confianza, motivación. Lo que nos anima y apasiona.


¿Cuál es el truco? Bueno, de hecho es muy simple. Hay que aceptar y considerar los tres aspectos por igual. Los tres tienen un peso equivalente, y negar alguno es negarse a si mismo.

Claro, a primera vista parece fácil. Pero para la mayoría no lo es. Culturalmente pareciera que nos educan para minimizar el impacto e importancia de uno u otro. Y eso tarde o temprano repercute en diferentes momentos de nuestra vida.

Uno nunca estará completamente satisfecho ni se sentirá particularmente íntegro, a menos que haya cubierto sus necesidades en los tres aspectos. Lo más curioso es que muchas veces la gente ni siquiera lo ha pensado o entendido; y sin embargo los afecta. Lo creas o no, cada aspecto sigue ahí, es parte de ti y es muy importante.

Así pues, la gente que dice que "el físico no importa" está siendo tan superficial como aquel que dice que "no me interesa que piense, mientras se vea bien". Curioso, ¿no?

Que no estoy diciendo que haya que darle más importancia de la que merece a algo superficial, no. No se trata de buscar los estereotipos de "belleza" que nos han vendido los medios, sino de encontrar realmente cuál es nuestra necesidad y preferencia. Pero bueno... Eso ya será tema para otro día...

septiembre 07, 2008

La Primera Luna

Bienvenido a mi Guarida, viajero. Pasa y siéntate junto al fuego. Descansa los miembros y permíteme contarte algunas cosas.

Antes que nada, me presentaré. Mi nombre es Damián Fraustro, el Lobo Gris, el Príncipe de las Sombras, el Narrador de Sueños. Creador, artista, filósofo, cuenta cuentos, taoísta, cazador, romántico, sarcástico hasta la muerte.

Si llegaste a este lugar por accidente o casualidad, te invito a que heches un ojo. Pero seamos realistas, no espero que te quedes mucho tiempo. Verás, este lugar tiene una buena parte de mí... para el que realmente tiene el interés y sabe leer entre líneas, claro. Para aquel que no tiene intenciones de conocerme, esto no será mas que una colección de extraños, controversiales y personales escritos. Así que ¡un gusto encontrarte! Puedes retirarte cuando quieras. ¡Buena caza!

Si estás aquí para conocerme, debo advertirte que hay mucho que ver, y aún más que pensar. Como ya deberías saber, hay pocas cosas que diga o haga sin una razón de ser. Detrás de cada pequeño escrito que puedas encontrar por aquí, habrá mucho de mi pensamiento, sentimiento, filosofía, sabiduría, ideología, sensatez, locura, pasión, inocencia y descaro. Oh, si. Mucho descaro. ¿Tienes algún problema con algo de eso? Está bien, tienes derecho. Y este es territorio, así que yo tengo el doble de derecho de decir lo que se me antoje. ¡Jejeje!

En fin... ¿Qué puedes esperar encontrar en este lugar? Ensayos donde explico mis filosofías de vida, reflexiones acerca de hechos importantes para mí, letras de canciones que reflejen algún aspecto de mí, citas de personajes famosos y/o importantes, fotografías e imágenes que considere interesantes (trataré de que sean fotos tomadas o imágenes hechas por mí, pero no puedo prometer nada)... Tal vez hasta uno que otro recuento de situaciones trascendentales que me hayan pasado. ¿Qué más? Diablos, no lo sé. Ya lo averiguaremos en el camino juntos.

¿Sigues por aquí? Me alegra saberlo. Algo que no quiero es hablar de cosas que me apasionan con alguien que no tiene interés por mí. Ahora acomódate en tu asiento y escucha con atención, que hay mucho que decir, pensar y experimentar, y la noche es larga y la vida muy corta...
La Guarida del Lobo © 2008
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