
Por esa época, comenzaron a haber convenciones de comics (y todo lo demás) por acá. Del tipo grande y muy abarcativo. Logré convencer a mi papá que nos llevara a mi hermano y a mí a un par de ellas. Y me la pasé tan bien... Las tiendas, los eventos, los juegos, tantas novedades por descubrir... (El Internet aún no era lo que es ahora.) Estaba perdidamente enamorado. ^_^
Quería ir a mi tercer convención. A mi hermano no le interesaba en lo más mínimo. Y mi papá estaba muy ocupado ese día. "Mira, es muy bueno que hayas encontrado una cosa que te interesa mucho. Pero yo no voy a poder estarte llevando a todas las que haya. ¿Por qué no simplemente vas tú sólo?"
¡¡¡¿Que qué?!!! ¿Sólo? ¿Sin que nadie me acompañe? ¿Ningún adulto? ¿Ni siquiera mi hermano menor? Cielos...
La cosa es que ya a esa edad había aprendido que a veces vale la pena tomar algunos riesgos.

Vivo en la Ciudad de México, una de las ciudades más grandes (y sobrepobladas) del mundo. Tuve que tomar un autobus que viajó unos 45 minutos, para entonces poder tomar el metro y viajar una hora más hasta llegar al centro donde sería la convención (al otro lado de la ciudad, literalmente).
Aún cuando el servicio del Metro en el DF es uno de los mejores y más eficientes servicios en la ciudad (a pesar de sus broncas y dificultades), no deja de ser un "subway" sumamente complicado y estresante. (De hecho, dicen que es uno de los sistemas más intrincados del mundo.) Y sin embargo, no me perdí. Ni siquiera un poquito.
Tras dudarlo un poquito, entré a la convención.
"Bueno... Eso fue... demasiado fácil." ¡Por Dios! ¡Había enfrentado mis demonios y los había dejado hechos pedazos! ¡Y todo eso en mi primera vez! ¿Se pueden imaginar cómo serían las cosas en el futuro? Todo sería cada vez más fácil y menos estresante.

Después de algún tiempo, comencé a "evangelizar" a mis amigos, motivándolos para que intentaran hacer algo similar. Sencillamente estaba maravillado de qué tan poderoso es el ser humano una vez que se atreve a enfrentar sus miedos, dudas y prejuicios. Todo lo que tienes que hacer es intentarlo. Y en ese momento el mundo se abrirá frente a tus propios ojos.
2 comentarios:
Coincido contigo. Creo que uno de los placeres del que más puede disfrutar el ser humano justo es el tomar el control de si mismo, aventurarse y sentirse libre. y aunque cotidianamente en la mayoría de las ocasiones somos nosotros nuestras propias limitantes para hacerlo.
En opinión personal me encontre hace ya unos días por casualidad con tu blog y me ha resultado regocijante e interesante tu visión de la vida, te agradezco tal franqueza y pues esperando más publicaciones. Saludos
¡Bienvenida! Pasea por la guarida a tu gusto. Hay mucho que leer, y los comentarios siempre son bien recibidos. Aún a temas escritos hace (literalmente) años. :D
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