noviembre 28, 2008

La Cita de Hoy - Einstein

El día de hoy tendremos en nuestra buena sección una pequeña colección de algunas citas más del buen Albertito.

"Existen dos cosas infinitas. El Universo y la Estupidez Humana. Y no estoy tan seguro respecto al universo..."

"Locura: hacer lo mismo una y otra vez y esperar que dé un resultado diferente."

"La vida es peligrosa, no por los hombres que hacen el mal. Sino por los que se sientan a ver lo que pasa."

"Un genio es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración."

"Hay dos maneras de vivir la Vida. Una es como si nada fuera un milagro. La otra es como si todo fuera un milagro."

"La diferencia entre la Genialidad y la Estupidez es que la genialidad tiene límites."

"Dios no juega a los dados con el Universo."

Albert Einstein

Einstein es la onda.

noviembre 25, 2008

La Cita de Hoy - Carrol, Einstein

Bienvenidos a su nueva sección en su confiable Blog, la Guarida del Lobo. Y la cita del día de hoy es:

Si no sabes a dónde vas, cualquier camino te llevará ahí.
Lewis Carroll

Y por ser nuestro primer día en esta sección, una cita más de pilón. Y una de mis favoritas.

Una hora pasada al lado de una linda chica te parecerá un minuto. Y un minuto sentado sobre una parrilla al rojo vivo te parecerá una hora. Eso es Relatividad.
Albert Einstein

noviembre 19, 2008

Había una vez...

Había una vez un pequeño príncipe, que soñaba con encontrar a su princesa y ser felices por siempre jamás.

Pero entonces ese pequeño príncipe fue creciendo, y se tuvo que enfrentar a la vida. Descubrió que la vida está llena de ironías, contradicciones y mentiras. Que lo que la gente dice y lo que la gente hace no es lo mismo. Que lo que queremos y lo que necesitamos suelen ser cosas muy diferentes. Y que la gran mayoría de las personas exigen aquello que no son capaces de ofrecer a cambio.

Llegó un momento en el cuál el príncipe se sintió inadecuado, poco valioso, poco merecedor de estar al mismo nivel que esas princesas que solía poner en un gran y frágil pedestal de cristal. Se veía a si mismo como un feo monstruo sin virtudes ni atractivo. Y precisamente admiraba a aquellos estúpidos sapos que por su simple atractivo se mostraban orgullosos, arrogantes, seguros, confiados... "Ojalá algún día yo logre comportarme como ellos. Ese debe ser su secreto."

Sin embargo, ese príncipe tuvo grandes maestros, que le enseñaron a pelear sus propias peleas, a buscar ser cada día mejor, a reconocer su propio valor, a pelear con cuanto gigante, minotauro y dragón se cruzara en su camino. Y el camino fue arduo, y le costó sangre. Y lo engañaron, hirieron, jugaron con él, lo ignoraron, lo rechazaron, lo subestimaron, lo etiquetaron. Y todo eso no sirvió mas que para aumentar su decisión, forjar su voluntad y aumentar su confianza.

Y sin darse cuenta se volvió un hombre. Un fiero, pero pacífico guerrero. Un sabio, capaz de aprender de su propia experiencia y de la de los demás. Un líder, más interesado en alcanzar sus objetivos que en ser el centro de atención. Y tomó algunas decisiones importantes. Como ser él mismo siempre, ante todo y a pesar de todo. Como no engañar a la gente, pero sobre todo nunca engañarse a si mismo. Como intentar siempre ser una mejor persona, en crecimiento constante, y nunca dejarse caer en la mediocridad.

Con el tiempo el príncipe conoció el amor, y su propia fuerza vital le permitió no llegar a tenerle miedo, a pesar de las heridas y las decepciones. Y a pesar de los engaños, desencantos, traiciones, egoísmos y equivocaciones, su fe absoluta en la existencia de su Princesa Encantada no se perdió. Flaqueó en varias ocasiones, pero siempre al final se mantenía firme y confió en su Destino. Había decidido nunca amargarse ni convertirse en uno más de aquellos brujos y encantadores que basaban su existencia en el engaño y el beneficio propio sobre el de los demás.

Y una, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra vez más creyó encontrar a su princesa, sólo para descubrir que se había equivocado. En algunas ocasiones simplemente no eran uno para el otro, en otras pudo más el miedo, el egoísmo, los prejuicios, la inmadurez y la mediocridad. Sin embargo, al final el príncipe supo salir adelante y sacar provecho de las situaciones.

Por desgracia, tal búsqueda le permitió descubrir mucho más de si mismo de lo que había pensado. Ahora sabía qué era. Qué necesitaba. Qué quería. Y se volvió selectivo. Muy selectivo. ¿Para qué buscar princesas en castillos que de antemano sabía no contenían aquello que buscaba?

Porque ahora sabía que no quería una caprichosa, inútil y consentida princesita. Quería una princesa independiente, fuerte, apasionada, pero romántica, femenina, vulnerable... Quería además una princesa que se encontrara en una búsqueda similar a la suya, esforzándose, creciendo y mejorando, preparándose para el día que encontraría a su príncipe. Una princesa que no se quedara cómodamente sentada en su torre, esperando el día que alguien llegara y mágicamente le resolviera la vida sin esfuerzo ni responsabilidad para ella. Alguien que no esperara que él únicamente le dijera lo que quería escuchar.

Y entonces el príncipe se dio cuenta de cuánto había cambiado. Ahora era un hombre muy diferente de la gran mayoría. Ecléctico, auténtico, original, diferente, loco. Caballeroso y descarado a la vez. Empático y temperamental. Sincero y reservado. Misterioso y sencillo. Sensual y espiritual. Impulsivo y racional. Paciente y directo. Romántico y realista. Y sin darse cuenta adquirió esa aura de seguridad, tan fácilmente confundida con arrogancia, egolatría o manipulación. Precisamente aquella apariencia que codiciara de pequeño, pero con un gran fundamento y justificación por debajo de la superficie.

Había entendido que se podía ser Noble sin ser Inocente, y que el verdadero Amor tenía que ver con querer lo mejor para la otra persona sin perderse a uno mismo ni ser Egoísta.

La sombra es el punto intermedio ente luz y oscuridad. No hay sombras sin luz, como tampoco existen en la oscuridad. Límite entre la cordura y la pasión, entre el cambio y la estabilidad. Yo soy el Príncipe de las Sombras. Permite que la noche nos cubra con su eterno manto, y la luna ilumine nuestros antiguos y devastados caminos. Ven a mí y encuentra la luz de mi oscuridad.

No era ya un Príncipe Azul. Se convirtió en un príncipe oscuro, sombrío, racional, observador, explosivo, poco convencional, clásico y moderno, lleno de valores, pero extremadamente liberal. Un príncipe diferente, extraño, intenso, entregado, pasional. Un Príncipe de las Sombras, contradictorio y coherente a la vez.

Esta historia aún se encuentra inconclusa, pero tal vez algún día haya otra parte, en la que el pequeño príncipe encuentre su tan esperado final feliz. O quizá sea más adecuado decir que encontrará un nuevo inicio para otra historia compartida.

noviembre 07, 2008

Locura

Todos estamos locos. La diferencia es que los que lo están más, quieren creer que no lo están.

Es curioso. Mucha gente (por no decir la mayoría) automática y sencillamente etiqueta de "loco" a aquel que no entiende, piensa radicalmente diferente de si mismo, y se atreve a demostrarlo a los demás. Mmm... Como si la locura fuera algo que fuera tan fácil de juzgar, como el color del cabello o la estatura... (E incluso en esos es posible engañar, con tintes y tacones...)

Vamos, que para realmente poder decir si alguien está clínicamente loco o no necesitaríamos un buen doctorado en Psicología. Y aún así sería difícil determinarlo. Pero ahora resulta que cualquier hijo de vecina puede simplemente voltear, ver a alguien que hace o dice cosas extrañas y decir sin pena ni gloria "está loco".

¿Qué es la locura?

Locos son aquellos que viven en su mundo, como los psicóticos, los neuróticos o los esquizofrénicos. Loco es aquel que es diferente de lo que es normal.
Veronika Decide Morir, Paulo Coelho

¿Qué es normal? ¿Quién decide qué es lo aceptable y qué no lo es? ¿La mayoría? ¿Los Medios? ¿El Gobierno? ¿La gente "popular"? ¿La Religión? ¿Los científicos? ¿Los filósofos? ¿Los psicólogos?

Ah, pues lo siento muchísimo, pero en ese caso prefiero ser total y absolutamente anormal. ¿O es que acaso para ser "normal" tengo que renunciar a mi individualidad, a mi autenticidad? Si lo "normal" es comer helado de chocolate, ¿yo me friego si prefiero el helado de fresa?

Y si, ya sé que la definición de locura dice otra cosa en el diccionario. ¿Y qué? (Ok, si a alguien le interesa, sería: I. Trastorno o perturbación patológicas de las facultades mentales; II. Acción imprudente, insensata o poco razonable que realiza una persona de forma irreflexiva o temeraria; III. Amor o cariño exagerado que se siente por alguien o entusiasmo muy grande que se tiene hacia algo.)

En fin... Para mí es mucho más interesante, divertida y auténtica una buena locura que esa insana obsesión por ser lo más mediocre, normal y aburrido posible. No, gracias.
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