Mi novia

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Mi novia es la chica de mis sueños.

Es una mujer muy singular. Loca, original, auténtica, creativa, intensa, apasionada, impulsiva, madura, tierna, femenina, fuerte, vulnerable, sincera, noble, explosiva, romántica, dulce, inteligente, ambiciosa, hermosa, vanidosa, celosa, educada, valiente, empática, sensible, positiva, activa, propositiva, sexy, cariñosa, interesante y de mente abierta.

Debo confesar que me sigue sorprendiendo lo genial que es. Cada detalle, cada gesto, cada idea, cada situación... Todo me confirma que es la mujer adecuada para mí. Todo lo que necesito, todo lo que valoro, todo lo que me interesa, todo lo que había esperado. Todo es tan natural y cómodo, tan sencillo y agradable...

Ella me trata como nunca nadie me había tratado. Tiene miles de pequeños detalles hermosos. Y muchos detalles espectacularmente maravillosos. Y me cuida, y admira, y respeta, y se interesa muchísimo por mí. Realmente por mí, por lo que yo pienso, siento y quiero, y no sólo por esa endeble idealización que se ha creado de mí. Extraño que eso pueda ser una novedad tan impactante, ¿no?

Pues bien, si que es una gran novedad. Ella me ama. Me ama de una forma que nunca nadie me había amado antes. Y me hace sentir cosas que nunca había sentido antes.

Si, si, ya sé. Seguramente piensan que soy un cursi ridículo de lo peor, que siempre dice las mismas cantaletas aburridas y predecibles. Pues pueden morder mi brillante y metálico trasero, porque sólo demuestran lo poco que me conocen. Eso es algo que nunca diría sin sentirlo, sin estar convencido, y no sólo por cómo suena o cualquier tontera así. Y hace demasiado tiempo que no había sido tan feliz.

Además les puedo decir que mi relación con mi novia es muy extraña y poco convencional. Es una relación sana, madura, racional, objetiva, pero apasionada, intensa, cariñosa, emocional... Una relación completa, que me deja más que satisfecho en todos los sentidos. Es todo lo que quiero, necesito y podría pedir, y más. Mucho mucho más. Eso si que es extraño y difícil de encontrar, ¿verdad?

¿Les he dicho que es mi mujer ideal? Verdaderamente es tan humanamente perfecta para mí como es posible. Esa hermosa princesa que llevo tantos años buscando y por la que me he esforzado cada vez por mejorar y ser el mejor hombre posible.

Y les puedo asegurar algo. Ha valido la pena la espera.