Generalizando, los hombres son muy malos en la cama. No todos, y no siempre. Pero en promedio y siendo honestos, la mayoría deja mucho que desear.
El problema suele ser básicamente una cuestión de mala comunicación. Sus fuentes de información son escasas y poco confiables. Y aquellas personas que podrían ser las que mejor los podrían educar (parejas, amigas, familiares de confianza) rara vez logran superar la vergüenza, prejuicios, pereza o inseguridades. Culturalmente suelen preferir "no meterse en problemas" y dejar pasar las cosas. Después de todo no es algo demasiado importante, ¿o si?
¿Y qué sucede? Que nuestro hombre promedio se malacostumbra y deja de usar su sentido común. Se dejan llevar por las falacias que les muestran los medios. Se retroalimentan por otros hombres tan informados como ellos mismos (o mucho menos). Y se confían. Creen que si nadie se ha quejado es que lo deben estar haciendo bien. Genial incluso. Hasta hay los que se sienten los mejores amantes y aseguran no haber dejado ni una viva.
¿Y saben qué es lo más irónico? Como ya decía yo antes, una vez que uno entiende ciertos principios básicos, ser bueno en la cama es en realidad extremadamente fácil.
Ya en la ocasión anterior comenté los puntos más básicos e importantes. A continuación listaré unos cuantos principios más, en esta ocasión dirigidos directamente a los hombres. (Atención: El siguiente texto ha sido avalado por la Sociedad Protectora de Amantes Frustradas e Insatisfechas. De todos modos, las mujeres que me leen pueden sentirse libres de estudiar, interpretar, estar de acuerdo o en desacuerdo con lo que diga. Y sería bueno que se decidieran a decirme con toda confianza todas las cosas que consideren puedan faltar o sobrar del texto. Sólo piensen muy bien primero si en realidad no es algo que ya esté incluído en los puntos generales que estoy exponiendo - incluyendo los redactados la vez anterior.)
Segunda parte: Consejos para hombres
Su ritmo, su placerYa lo dije antes. No es bueno obsesionarse porque ella alcane el orgasmo. Tu trabajo no consiste exclusivamente en lograr que ella llegue a esos extasiantes y efímeros segundos de placer absoluto. Si, es bueno e importante. Pero ¿quieres ser "bueno" o "inolvidable"? La diferencia es muy sutil. Y te tengo noticias. La clave es en realidad decepcionantemente obvia. Concéntrate en SU placer.
Olvídate un poco del tuyo. Ese lo obtendrás más adelante de cualquier forma. Sé que cuando las cosas se vayan calentando será difícil no dejarte llevar por la pasión y tus sensaciones, y querer hacer cosas que tú deseas. Contrólate, hombre, que eso es lo que hace toda la diferencia. Concéntrate en ella, en lo que ella siente, lo que ella dice, lo que ella quiere. ¿Recuerdan lo que decía la vez anterior de aprender a leer sus señales?
Muestra cierta iniciativa; a nadie excita una persona que se mueve como tabla y lo hace todo fría y mecánicamente, como siguiendo un libro de instrucciones. Pero deja que sea ella la que lleve el ritmo de la situación. Muévete al ritmo de su respiración. Cuando te apriete, acércate, y cuando se aleje, afloja un poco tu abrazo. Tan fuerte, suave, intenso o rápido como ella lo "pida". Y, esto es importante, por tanto tiempo como ella quiera (ni menos, porque las dejas a medias, ni más, porque acaba por aburrirles y cansarles).
Podríamos decir que la clave está en el timing. Una de las principales quejas de parte de las mujeres es que la siguiente situación llega a ser demasiado común. Están a mitad de la faena, justo en lo más interesante. Derrepente, casi por accidente, se acomodan de tal forma que ella está que muere del placer. Casi sin querer comienza a gemir, gritar, vocalizar con emoción. ¿Y qué pasa entonces? El hombre, interpretándolo como una petición de "quiero más" acelera, entra más profundo, más fuerte, más lo que sea... Y ese placer supremo que ella estaba sintiendo se va por la borda. Si tan sólo te hubieras quedado ahí un par de minutos más...
La próxima vez que observes una reacción similar de parte de ella, ¡alégrate! Y esfuérzate todo lo posible por mantenerte constante. Mismo lugar, misma fuerza, mismo ritmo, misma posición, misma profundidad. Casi te lo puedo garantizar. Antes de que te dés cuenta, ella ya te estará pidiendo más. Y, ¿recuerdas que te dije que ya obrendrías más adelante todo el placer que quisieras?
Lecciones de anatomía
La mujer tiene tres principales puntos erógenos. (Puntos menos si ni siquiera sabes lo que significa ese término.) Estimúlalos con especial atención y la harás tocar el cielo con las manos. ¿Sabes cuáles son esos tres lugares? Si lograste contestar correctamente la pregunta, ¿qué demonios haces leyendo esto? Seguramente ya sabrás todos y cada uno de los trucos y principios básicos para llegar a ser un Dios en la cama. Pero si no contestaste sin dudarlo "esos puntos erógenos son la piel, el cerebro y el oído", pues entonces aún tienes mucho que aprender.
Si, de acuerdo. Hay ciertas partes de su cuerpo que será especialmente placentero que acaricies, beses, muerdas, razguñes... Sin embargo, hay que tener en mente dos cosas.
La primera (por si no era suficientemente claro) es que cada mujer es diferente. Lo que a una le encante, a otra puede que le duela. Lo que a una la caliente más rápido que el radiador de tu vieja carcacha, a otra puede que le dé cosquillas y/o la distraiga demasiado. Incluso hay algunas que se ponen en exceso nerviosas ante cierto tipo de estimulos (y sí, desafortunadamente sí existe eso de "es demasiado placer").
La segunda es que para la mujer la estimulación más efectiva es la que no está demasiado enfocada a ciertas partes y caricias específicas. Tienes miles de centímetros cuadrados de piel que explorar, estimular, disfrutar. Si le dedicas un mínimo de tiempo a cada uno, cuando llegues a esas partes sensibles ella estará derritiéndose en tus manos. Y nada mejor para subirle la líbido y ponerla "de humor" que despertarle la imaginación y jugar con su lado creativo. Sorpréndela, créale espectativas, inventa maneras de hacerla fantasear, distráela con preguntas que la hagan pensar... Y nada mejor que hablarle al oído y jugar por un rato a "busca cual es la manera más rápida de dejarla terriblemente sonrojada". Y tú también habla, jadea, vocaliza. A ella eso le calienta tanto como a ti.
No entraré a mucho detalle, pero está científicamente comprobado que la estimulación oral (y me refiero a hablarles, bola de desesperados calientes malpensados) incrementa considerablemente su fogosidad y disposición a "otras cosas". Hay una importante conexión entre la parte de su cerebro encargada de interpretar los sonidos y aquella encargada de mandar las señales del placer. Eso sí, eso es sólamente a nivel físico, y muchas ni siquiera están bien enteradas. A nivel emocional e intelectual, es mucho más importante tratar de cubrir tanto terreno como sea posible. (¿Recuerdas lo de la piel? También son extremadamete táctiles.)
Paciencia y autocontrol
Esto no debería sorprender a nadie. Digan lo que digan, un eyaculador precoz suele ser de los que recibe las calificaciones más bajas de toda la escala. (Y eso si no tienes mala suerte y te toca además ser víctima de cuchicheos, burlas, frustraciones y una muy muy muy mala publicidad.)
¿Y sabes cuál es la peor parte? Que generalmente la mayor frustración ni siquiera viene de que el fulano haya terminado demasiado pronto. El problema es que entonces la persona se da por bien servida y con la excusa de "perdón, eso nunca me había pasado" deja todo como quedó y no se preocupa en lo más mínimo por "compensar" a la pareja. Claro, como él ya quedó feliz y satisfecho... El egoísmo es la cuestión, pues.
Con calma, que hay prisa. Controla esas ansias y no te avientes como desesperado, cual muerto de hambre engullendo la comida como si fuera su última cena. A ellas les gusta un hombre en control de sí mismo, y no uno que no es capaz de esperar unos tontos minutos más. (Y no, la excusa de "es que tenemos prisa porque si no nos cachan" casi nunca es buena. Con excepción del eventual rapidín consensual, ¿qué demonios haces buscando las peores y más peligrosas situaciones, donde todo sea más difícil, apresurado y mediocre?)
Desnúdala con calma, que probablemente no te agradezca que le rasgues la ropa y le heches a perder ese sostén tan sexy que se puso para ti. No te abalances sobre su cuerpo, que primero puedes disfrutar de verlo, probarlo, desearlo. No comiences a amasar cual panadero, que unas cuantas caricias suaves y firmes te abrirán mucho más las puertas del paraíso. Con calma, y descubrirás una gran cantidad de estímulos, reacciones y placeres que de otra forma podrías haber pasado de largo por la prisa.
Y te tengo noticias. Si prolongas un poco la espera, al final resultará mucho más placentero, y no sólo para ella. Mientras más tiempo lo maquines y pospongas, más grande e intensa será la explosión final (si me permiten la mala metáfora demasiado explícita). Pero aguas, ¿eh? "Ni tanto que queme al santo..." No se trata de estarle dando y dando por horas, esperando que ella haga todo el trabajo y no se aburra, irrite o canse.
Incita y exalta
A la mujer le gusta un hombre moderadamente vanidoso. Le gusta que huela a una colonia agradable, que esté bien bañado, que se esmere en su arreglo personal, que use boxers en buen estado, que vista ropa sexy. Incluso (aunque habrá las que argumenten que "eso no es tan importante") en general serían mucho más felices si esa pancita chelera que presumes tanto no fuera tan pronunciada. Aquella frase de "el sexo comienza mucho antes de llegar a la cama" no sólo se refiere a arrancarle la ropa apenas cerrar la puerta del depa.
Ojo, que tampoco se trata de irse al otro extremo. Con sus contadas excepciones, a la mayoría de las mujeres más bien las desanima un hombre que sea exageradamente vanidoso o egocéntrico. Realmente no les gusta estar con alguien que ha pasado el doble de tiempo que ella arreglándose, o que se sabe mejor que nadie todas y cada una de las marcas de productos de higiene y acicalamiento personal. Y tampoco les parece sexy alguien que pasa toda la noche enumerando sus maravillosas cualidades e impresionantes logros. Especial atención a aquellos obsesionados con su pene. De buena fuente sé que un gran matapasiones es el que alguien esté en exceso preocupado, avergonzado u orgulloso por su amiguito.
Y ¡por el amor de Dios! La higiene personal NO ES OPCIONAL. Puede que para algunas sea sexy el aroma masculino, o que su chico sea activo y deportista. Pero hay una importante diferencia entre olores "naturales" y apestar como si el desodorante fuera tu peor enemigo. Y no, el que te hiedan los pies no es excusa para no querer quitarte los calcetines.
Hazla sentir especial. Que sepa que no te arreglas igual para estar con ella que los domingos de futbol, pants y pizzas con los cuates. Mientras más límpios y en buen estado estén tus calzones, más rápido querrá quitártelos. Si sabe que justo te rasuraste como ella tanto te pedía, lo más seguro es que no pueda despegar sus labios de tu rostro. Si descubre que tendista la cama tú solito, le darán más ganas de ayudarte a destenderla. Escúchala, y hazle caso. Ah, y mucho cuidado al hablar. También es importante ser educado y correcto. No he encontrado a una sola mujer que le parezca sexy un hombre que le habla a su chica con las mismas palabrotas con que le habla a su bola de amigotes. Sutileza, por favor, señores.
Y ya que hablamos de eso... Los halagos son vitales. No hay mujer a la que no le guste que le digan cosas agradables y personales. Mientras no mientas ni digas las cosas por compromiso (y creeme, ellas se darán cuenta si lo haces), el mencionarle lo sexy que se le ve ese peinado o lo interesante que se ve vistiendo esa falda la harán sentirse entre nubes. Mientras más la conozcas, mejor sabrás qué te conviene decir (hay a las que les encantan las palabras que derraman miel, mientras que otras se excitarán más por unas cuantas frases directas y atrevidas.) La clave no es halagar por halagar, sino pensar en algo que a ti te parezca especialmente atractivo, agradable o estimulante Y HACÉRSELO SABER.
Continúa aquí.
2 comentarios:
¡Chido! Sí tomaste en cuenta mis comentarios...un poquito, y me da gusto.
Ardo en curiosidad por leer el artículo dedicado a las féminas, pues es mucho más fácil criticar al "otro". Nos estamos leyendo, saludos desde la guarida de la perra alfa.
Me encanta la manera en la que describes las situaciones porque no solo es describirlas las desmembras poco a poco y con una delicadeza que solo un artista tiene, me agrada lo que escribes y cómo lo escribes, muchas felicidades yo muero por leer la siguiente parte que es dedeicada a nosotras, algo me dice que nso darás unos cuantos jalones de orejas, tqm
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