Ve a votar

¿Te convence algún partido político? ¿Te parece que tiene una adecuada plataforma de acción? ¿Te han demostrado con hechos que funcionan y verdaderamente hacen cosas por el bien común (y no sólo darle "atole con el dedo" a la gente cuando se acercan las elecciones)? ¿Sinceramente piensas que ese partido puede hacer alguna diferencia?

Si contestas afirmativamente a alguna de las preguntas anteriores, pues entonces ve a votar, y vota por tu partido preferido.

No, espera, quizá puedas decirme. Sucede que ningún partido me parece real y verdaderamente bueno. Todos son igual de malos y corruptos, conformados por políticos mentirosos, ladrones y convenencieros. Si, probablemente. Pero ¿cuál es la solución? ¿Quejarse y no hacer nada?

Pues no. La pasividad no es la solución. Ve a votar.

Entonces podrías saltar de tu asiento, un poco molesto, y decirme: ¡Pero ya te dije que ningún partido vale la pena! Mejor no votaré por nadie. Qué pereza. ¿Para qué perder mi tiempo en algo que no sirve de nada?

Pues precisamente, por eso mismo no hacer nada no sirve de nada. Si no vas a votar, nada pasa, nada cambia. Hay que mandar un mensaje, para que aquellos que están a cargo se den cuenta de que los ciudadanos no somos tontos, y no pueden distraernos tan sencillamente con pan y circo.

Ve a votar. Y, puesto que no hay ningún partido que realmente importe, anula tu voto. Coloca más de un voto, ralla o tacha la plantilla de votación, o lo que sea.


¿Y para qué demonios haré eso? A fin de cuentas es lo mismo que si no votara, ¿no es así? Pues no. No es así. Si no votas, entonces el partido que gana es aquel que tiene seguidores más corruptos o más fanáticos, y ya. Y todos los demás partidos recibirán el dinero que se les da por hacer campaña y faramalla (¡oh, si! ¿sabías que sólo por presentar un candidato -así sepan de antemano que perderán- les dan una considerable cantidad "para gastos de campaña" a cada partido?).

Y el IFE, mediocremente, se contenta diciendo que están satisfechos de cuán ecuánimes y justas fueron las elecciones. Se sienten satisfechos de su trabajo, y vuelven a quejarse de "cuántas abstenciones hubo este año". Si, quizá el proceso sea "limpio", pero ¿de qué sirve cuando tienes que escoger entre "el malo, el feo y el peor"? Y a fin de cuentas el problema no es del IFE, sino de la gente.

Ve a votar. Anula tu voto. Así cuando se hagan los recuentos quedará registrada la cantidad de personas a las que les importa opinar y ejercer su democracia, pero que ninguno de los partidos satisfizo sus exigencias. Todas esas personas que confían en el sistema, pero no en los candidatos. Que quieren un cambio, y están dispuestas a pedirlo, pero también quieren dar el mensaje de que no van a aceptar a cualquier vulgar politiquillo, designado no por la gente, sino por sus mismos colegas y aliados.

Imagina que suficiente gente fuera a votar y anulara su voto. ¿Qué mensaje les estaríamos mandando si hubiera más votos anulados que aquellos por cualquier partido político? ¿Con qué cara nos dirían después "nosotros estamos haciendo lo que la gente quiere, pues por eso votaron por nosotros"?

Ya lo que pase después depende del cinismo y corrupción de las autoridades, pero nosotros ya habremos hecho nuestra parte.

Y si a pesar de todo eliges no votar, entonces sencillamente no te quejes.