
Sin embargo yo sigo con una sensación extraña atorada en la garganta.
Es muy curiosa la sensación que queda cuando muere alguien así. No se parece a cuando se pierde a alguien cercano, ni mucho menos. No. No es que de verdad me deprima y sienta una gran pérdida. Realmente no.
Y sin embargo, se siente raro.
Yo crecí oyendo su música, disfrutando de las pegajosas melodías a pesar de no entender ni jota. Me encantaba a bailar como loco canciones cuyas traducciones eran premeditadamente evitadas por mis padres. Cada disco, video, juego o lo que fuera no hacía sino aumentar la fantasía.

Aún recuerdo querer usar guantes sin dedos y una chamarra de cuero cada que escuchaba la canción de Bad.
Aún recuerdo acudir al estreno de la videograbadora VHS en casa de una tía, y el primer cassette que me viene a la mente es el que contenía el video de Thriller. Y si, a mí me asustó.
Y por supuesto, recuerdo aquel infame episodio de los Simpsons en el que un "loco" personificaba a Michael. (De hecho hasta tengo un mp3 de la canción de "Lisa, it's your birthday" en mi iTunes.) Y en el que, dato curioso del que me entero hasta ahora, el mismo Michael realizó el doblaje del personaje cuando hablaba, pero no cuando cantaba. (Esos contratos de los gringos son tan extraños...)
Y entonces el negro dejó de ser negro. Y la infamia, las acusaciones y la controversia rompieron ese sueño del Michael perfecto, dulce y carismático. Y su enfermedad lo llevó a meterse cuchillo una y otra y otra vez. Y el Rey dejó de ser el mismo Rey que yo conocí, admiré y disfruté.
Y al conocer la noticia de su muerte me quedo con esa sensación rara. Ese sentimiento atorado en la garganta, que no ahoga, pero si incomoda.
Murió Michael Jackson. Y no. Es como si sintiera que el que falleció no era el mismo Michael de mi infancia.
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