El Destino es una cosa muy curiosa. Nos juega todo tipo de bromas de mal gusto, o nos regala los momentos de más puro éxtasis.
Lo más curioso es cuando uno siente su mano actuando sobre nosotros. Como cuando uno ve a una persona y en ese preciso instante tiene esa sensación de "ella podría llegar a ser la persona más importante en mi vida..." O cuando una simple palabra te deja convencido de que esa persona podría hacerte perder el control por completo, pero no te da miedo que eso pase.
Si eso fuera todo, no importaría mucho... Ideas o sensaciones nos llegan en cualquier momento...
Pero ¿y si fuera algo más? ¿Y si todo te acaba llevando precisamente a cierto punto? Cada experiencia, cada persona, cada situación...
No existen coincidencias. Todo son señales. Las cosas no llegan cuando queremos o cuando lo esperamos, sino cuando estamos listos y cuando realmente las necesitamos.... El problema es que a veces nos negamos a darnos cuenta de que están ahí.
Por desgracia las señales son eso: señales. No hacen sino indicarnos el camino, y depende de nosotros seguirlas. Y el que no busca, nunca encuentra.
Mis señales son sutiles, pero omnipresentes... Incendios que me guían en la oscuridad. Caricias que me confortan en el dolor. Golpes que me despiertan a la realidad. Lugares visitados sin saber la importancia que tendrán después. Palabras casualmente dichas, pero cuyo significado acaba siendo terriblemente importante...
Al final del camino, lo que somos y lo que hemos hecho es lo que nos ha traído hasta donde estamos. Sólo es necesario aprender a leer las señales, y así uno sabrá en dónde se encuentra y qué le espera en el futuro.
Episode 2560: Death of a Talisman
Hace 6 horas.
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