noviembre 26, 2010

El Complejo del Hijo Único

Tengo una teoría, que he llamado el Complejo del Hijo Único.

No la baso en ninguna investigación científica formal, ni cuento con profundos conocimientos de las disciplinas bio-psico-sociales. Sencillamente es una teoría que he ido formulando gracias a mi observación del comportamiento humano y las experiencias (positivas y negativas) que he tenido al tratar y conocer a algunas personas que se encuentran en ciertas condiciones muy específicas.

La hipótesis es sencilla:
Aquellas personas que no convivieron en igualdad de condiciones y en una relación cercana y directa con otras personas de características similares durante su periodo formativo (entre los 9 meses y los 6 años), presentan ciertas carencias en cuanto a sus capacidades de relación humana con sus semejantes.

En otras palabras. Cuando una persona no tiene hermanos (es hijo único), o cuando la diferencia de edades con sus hermanos es demasiado grande (en particular cuando es el pequeñín consentido de la familia), y no tiene amigos o primos muy cercanos de la misma edad, esta persona tiende a desarrollar este complejo.

Los problemas que presenta esta persona son varios:
  • Suele tener problemas para empatizar con los demás. Suele ser una persona introvertida, que pone como prioridad lo que ella misma siente, y la forma en que percibe las cosas, antes de pensar en cómo puede estar afectando lo que hace a los otros. "El león cree que todos son de su condición", y automáticamente asume que todos piensan y sienten igual que ella, y que lo que a ella le funciona, por fuerza también lo hará para todos los demás. Con facilidad proyecta sus propios miedos y problemas en los demás, y se le dificulta observar objetivamente qué es lo que en realidad les sucede a los otros.
  • Suele ser ligeramente egoísta. Aunque por lo general no lo es de forma conciente (muchas veces ni se da cuenta de esto), ni lo hace por agredir o degradar a los demás. Es reacio a compartir sus cosas personales, y no le gusta que otros invadan su espacio y territorio. Esto no lo hace por considerar a los demás inferiores, sino simplemente por ignorancia. No es que no le importen las necesidades de los demás, es que sencillamente no se ha dado cuenta que éstas existen.
  • Es relativamente egocéntrica. Como si el mundo girara alrededro de la persona, pierde fácilmente de vista que no todo es consecuencia de lo que ella misma piensa, siente o experimenta. Si alguien hace algo malo, se siente culpable porque percibe que fue su culpa. Si alguien se equivoca, se molesta al sentir el otro lo hizo intencionalmente para agredirla. Si alguien la contradice, se lo toma personal y suele insistir que el otro sólo quiere que piense igual que él. Siente que sus problemas son los realmente graves e importantes, y los de los demás son menos importantes y urgentes. ("Es que no estás sufriendo como yo. Tú no sabes lo que se siente algo así.")
  • Le desagrada trabajar en equipo. Siempre que se ve forzada a hacerlo, considera que "todos los demás hacen mal las cosas", y si le importa el resultado suele intentar hacerlo todo por sí misma. Le incomoda delegar y si el trabajo final no coincide con lo que tenía en mente siente que fue un fracaso.
  • No sabe pelear. Le cuesta mucho trabajo enfrentar los conflictos, pierde el control emocional con facilidad, se toma los ataques de forma muy personal y suele tener poco tacto para expresar sus ideas y argumentos ante la otra persona. Si el otro hace o dice algo que la lastima, la persona reacciona impulsiva e irracionalmente y se siente exageradamente agredida; si, por el contrario, ella fue la que agredió a la otra persona es probable que minimice el efecto en el otro lo que ella misma hizo ("no sé por qué te pones así, si no dije nada grave"), no entienda las reacciones del otro y hasta que crea que lo que hizo no fue nada malo.
  • No sabe perder. Cualquier desacuerdo se convierte fácilmente en una lucha de poder. Cualquier debate decae con facilidad en una guerra de egos. Si más de una persona está de acuerdo con lo contrario a lo que piensa, lo considera una conspiración en su contra. Suele defender sus ideas y paradigmas de forma bastante irracional.
  • Suele idealizar las situaciones. Se crea una imagen mental de cómo debería ser una situación, persona, idea, oportunidad... Se aferra a esa imagen, racionalizando su irracionalidad, argumentando que lo subjetivo es objetivo, descartando todo lo que a su criterio no considera adecuado y rechazando aquello que no se acerca al ideal. Y cuado se enfrenta a la realidad, y ésta no coincide con su idealización, fácilmente se frustra, amarga, enoja y deprime. Y posteriormente se muestra reacia a volver a enfrentar una situación similar, automáticamente asumiendo que los resultados serán los mismos que antes.
Nota importante: No toda aquella persona que fue hija única presenta este complejo, ni es requisito indispensable no tener hermanos para sufrir de él. Además las características anteriores son generalizaciones, y de individuo a individuo podrán presentarse en proporciones e intensidades diferentes.

Haber tenido hermano(s) no te excenta de poder tener alguna de esas carencias, pero generalmente en cierto momento te ayudó a enfrentar ese problema y te permitió aprender las técnicas y negociaciones necesarias para salir adelante.

    3 comentarios:

    Montserrat dijo...

    Interesante teoría. Así que, resumiendo, la cosa está así: Todos esos problemas tienen que ver con lo aprendido en la primera infancia. Bien podríamos llamarlo "El Complejo del Niño Inadaptado" o "El Complejo del Escuincle Emocionalmente Solo"; en lugar de "El Complejo del Hijo Único", pues no sé si ser hijo único aumenta las probabilidades de sufrirlo.

    He observado ese Complejo en personas de la generación de los años 50, según yo, porque fueron educados con maltrato físico y psicológico - a chingadazos y humillaciones -, haciendo énfasis en que jamás expresaran sus sentimientos. Y tenían como 10 hermanos. Como adultos, sus frases favoritas son: "¡Lo estás haciendo para molestarme!", "todos la traen contra MÍ" y "Eso no es un problema, lo que YO tengo sí lo es". En fin, si te tratan como nulo, es NECESARIO volverte egoísta para adaptarte y sobrevivir. Me preocuparía si no lo fueran.

    Por otro lado, al ser hija única de los 80s, estoy de acuerdo con varias cosas que se dicen al respecto. Es común ser muy celosos de nuestra privacía y de nuestro espacio, tener dificultades para compartir, competir y trabajar en equipo. Pero se aprende después en la vida. Adaptarse o morir, ¿no? O también: Adaptarse o que te rompan tu madre por mamón(a).

    Damián dijo...

    En mi experiencia sí suele ser más común en los hijos únicos, aunque no todos lo son, y sí hay bastantes que tienen hermanos y aún así lo presentan... En fin. El nombre es lo de menos.

    Lo grave no es tanto tener el complejo, sino no hacer nada al respecto una vez que te has dado cuenta. Efectivamente, adaptarse o morir.

    Anónimo dijo...

    Que bueno que aceptas que es tu mera opinion, porque te invito a que investigues hechos del tema y no opiniones. Veo muy herrados y estereotipicos tus comentarios. Un hijo unico puede estar mejor adaptado que muchos niños con hermanos y se enfrenta a las mismas experiencias de vida. (Aburrimiento, amigos. Pelas y compartir) de forma diferente, pero cada niño hermanos o no, lo vive diferente.

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