¿Saben de qué me acabo de dar cuenta? Se me ha olvidado (otra vez) la fecha del aniversario del blog. ¡El tercer aniversario de la Guarida!
Así es. Tres años completitos diseccionando frente a todos ustedes cuanta idea, filosofía, experiencia y teoría hay en mi loca cabecita. Pésele a quien le pese. (Bueno, probablemente a nadie le pese en realidad, pero ya ven que me divierte ser algo dramático.)
¿Les ha pasado que alguien te pregunta exactamente de lo mismo que hace unos días hablaste con alguien más? ¿Han tenido esa sensación de deja vu que te queda después de haber vuelto a explicar algo que la gente te suele preguntar frecuentemente? ¿Se han inspirado tanto en una conversación que desearían dejar lo que han dicho registrado para la posteridad (o de menos escrito en alguna parte para no olvidarlo después)?
Pues a mí sí. Seguido. Y esa fue una de las principales razones por las que decidí iniciar este blog hace esos tres años. Eso, y que realmente tenía mucho que decir, y me fastidia demasiado tener que estarme repitiendo una y otra vez.
Y ya ven... después de estos 36 meses sigo acá, sin abandonar, escribiendo, expresando, quejándome, explicando y compartiendo lo que considero vale la pena compartir.
Y es curioso. Al volver a leer lo que escribí hace tanto tiempo, me queda una sensación rara. Por un lado, mis ideas, conclusiones y descubrimientos siguen siendo muy similares. Se podría decir que lo que tenía expresar entonces es prácticamente lo mismo que seguiría opinando al día de hoy. Y aún hay algunos escritos que he querido escribir desde entonces y los condenados no se han dejado. Los muy malditos.
Pero, al mismo tiempo, es raro ver cómo en tan sólo 3 años he crecido, aprendido, madurado y ganado un poquito más de sabiduría.
Este blog aún no llega a una edad suficiente como para considerarlo un respetable ancianito, pero creo que hemos superado la barrera de los pobres abandonados que fueron comenzados por capricho o bajo ciertas circunstancias demasiado particulares (y sin las cuáles los autores dejan de interesarse por continuar escribiéndolos).
Y aquí estamos. Y digo estamos por los que de una u otra forma me siguen leyendo. Los nuevos, los viejos, los que se fueron y regresaron, los que no se acaban de ir, pero me leen intermitentemente... Desde la Guarida del Lobo sólamente me queda decirles: ¡Gracias!
Y hasta pronto, porque esto apenas comienza.
2.3.38
Hace 19 horas.
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