Hola. Soy el padre de tus futuros hijos, encantado de conocerte.
Sé que es demasiado repentino, y de seguro piensas que estoy loco de remate. Mejor olvida lo que dije, ¿de acuerdo? Has como si no hubiera dicho absolutamente nada.
Pero pues ¿qué te puedo decir que no te hayan dicho ya antes? Porque seguro una exquisita Diosa encarnada como tú ya lo ha escuchado todo, lo sé bien.
¿Y quién soy yo para venir a repetirte halagos fáciles y piropos extraños? Nadie, nadie. Sólo ignora al hombrecillo detrás de la cortina, ¿de acuerdo?
Ok, de hecho no. No me ignores. Escúchame. Analízame. Dame el beneficio de la duda. Ve mis ojos y dime que lo que te digo no viene directamente de mi corazón y no estoy siendo totalmente sincero. ¿Puedes verlo?
Bueno, de acuerdo. Te diré quién no soy.
No soy el Príncipe Azul que viene en su blanco corcel a salvarte de tu terrible destino. No soy un creído conquistador buscando una marca más en su revolver. No soy el impositivo macho que busca una sumisa hembrita que haga sólamente lo que sea su voluntad. Y definitivamente no soy alguien común y parecido a cualquier otra persona que hayas conocido antes.
Si, por supuesto, soy un Príncipe. Pero un príncipe oscuro, rebelde, inteligente, diferente, auténtico, ecléctico, exigente, sarcástico, generoso, independiente, empático. El Príncipe de las Sombras.
Soy el galante caballero que peleará por ti contra viento y marea, pero que no piensa ir a rescatarte de la torre en la que lo esperas cómoda y pasivamente.
Soy el chico malo que sí vas a querer presentarle a tu madre.
Soy la mala influencia que te empujará a romper tus paradigmas y a desdeñar a la zoociedad.
Soy el antagonista que te cuestionará y te hablará con la verdad absoluta, y que nunca aceptará un "porque sí" por respuesta.
Soy el Dios encarnado que pondrá tu mundo de cabeza, y el humilde servidor que te cortejará permanentemente con infinita adoración.
Soy esa odiosa espina que se clava e incomoda, pero que cada vez deseas menos sacarte de encima.
Soy el geek que querrá saberlo y entenderlo todo de ti, sin juzgar ni rechazar. El curioso relojero que busca comprender por qué haces "tic-tac".
Soy el amante que te hará tocar el cielo con las manos tan seguido como creas soportarlo.
Si, estoy loco. Completa y absolutamente desquiciado. Y orgulloso de serlo. Porque en mi locura he encontrado una pequeñísima esquirla de iluminación. Porque ser diferente de lo "normal" me enorgullece y me permite ver las cosas desde afuera de la caja.
Mejor o peor, no lo sé. Pero definitivamente diferente.
Pero no. De verdad. Olvida todo lo que he dicho. Estoy loco, ¿recuerdas? ¿Y quién puede creerle a un loco que no sea otra loca? Y seguro que tú no estás loca. ¿O si?
¡Nah! Olvida que he abierto mi gran bocota. ¿Quién soy yo para decirte nada? Porque yo sólo sé que no sé nada.
Y pues bueno... Así es como son las cosas.
¿No crees?
¿O qué?
¿Sigues pensando en eso?
¿No logras olvidar lo que te he dicho antes, a pesar de que te pedí que lo olvidaras?
Bien. Eso significa que no estaba hablando con una pared. No me gustan las paredes, ¿sabes?
Y si. Soy insoportable. Te dije que sería una incómoda e intrigante espina. ¿O no?
Pero así son las cosas. Y aquí es donde te toca a ti dar el siguiente paso. Alejarte de este arrogante loco que cree que puede venir tan campante a cambiarte la vida. O reir de mi descaro y humor ácido, darme un golpe en el brazo por impertinente y responderme una simple pero importante pregunta. ¿Y tú quién eres?
2.3.38
Hace 19 horas.
2 comentarios:
Interesante. Cómo me gustaría haberlo escrito yo... hace unos meses.
En fin, a lo (no) hecho, pecho. Suerte, compañero, :)
Y muy bonita forma de escribir. Salen cosas buenas del despecho, a veces, aunque yo y otros muchos parecemos ser la prueba de lo contrario.
(Ignorar si no tiene cabida.)
......
¿Despecho?
......
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